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Los test rápidos de antígenos para usar en casa que se dispensan desde este jueves en las farmacias vascas no necesitan receta previa, tienen una capacidad para detectar sujetos enfermos de un 96,77% y ven en un 99,20% la ausencia del virus en ... pacientes sanos. A diferencia de la PCR, que detecta material genético del virus, estos detectan sus proteínas. Es decir, estructuras que forman parte de su envoltura exterior. Se espera con ellos que puedan localizarse más casos, controlar mejor la transmisión y restar presión asistencial en los centros sanitarios. Además de que el resultado negativo también importa para calcular la tasa de positividad. Los epidemiólogos han alertado de que el acceso libre a los test puede dar al usuario una falsa sensación de seguridad.
«La información individual que se obtenga es importante para realizar la trazabilidad e incorporarla a la red de vigilancia epidemiológica», considera Guillermo Quindós, catedrático de microbiología médica en la UPV/EHU. «Es esencial, más en el contexto de subida de contagios que tenemos ahora mismo, que la información sobre los positivos que salgan de estos test domésticos no se pierda, que los contemos», comenta, en el mismo sentido, el epidemiólogo Quique Bassat, quien recuerda que otros países «llevan ya tiempo ofreciendo a la gente que se autoteste». Los expertos también recuerdan que se requiere cierta destreza para realizarse esta prueba y las farmacias asumen que tendrán que hacer mucha labor de pedagogía y formación. «Nos va a tocar educar en el dispositivo, en su utilización y la interpretación del resultado. No es difícil», asegura Ricardo Blanco, miembro de la junta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Bizkaia. «Pero tienes que contar con la buena fe del usuario que dé positivo, que es quien deberá activar los pasos siguientes», observa.
Cada caja contiene un bastoncillo o hisopo estéril, un tubo con un gotero, un botecito con un líquido y una bolsita de aluminio con un casillero que viene sellada. Primero hay que sujetar el hisopo por la parte indicada sin manipular la cabeza del mismo e insertarlo en la fosa nasal hasta llegar a la superficie de la nasofaringe posterior. «Eso es muy atrás», ilustra Guillermo Quindós. Girar el hisopo tres o cuatro veces a lo largo de la mucosa durante varios segundos para asegurarse de recoger moco y células y repetir este proceso para la otra fosa nasal y con el mismo hisopo. Una vez retirado, se deposita en el tubo de extracción, donde previamente se ha vertido la solución líquida. Se gira diez segundos mientras se presiona el cabezal contra el interior para liberar el antígeno y se desecha el hisopo (cuidado también dónde y cómo). Finalmente, se coloca la punta del gotero en la parte superior del tubo y se vierten tres gotas en el casillero. Y a esperar.
En esto se parece al test de embarazo. Hay que aguardar a que aparezcan las líneas de color y leer el resultado a los 15 minutos. Los laboratorios advierten de que, si se deja más de 20, el test no será válido. De ser positivo, aparecerán marcadas dos líneas, las correspondientes a las letras T (test) y C (control). Si da negativo solo se marca la línea C, y nada en T. Si no aparece ninguna línea, ni en C ni en T, o no aparece en C pero sí en T, la prueba es defectuosa. De hecho, puede verse afectada si no se ha seguido el procedimiento indicado en las instrucciones de uso del fabricante. Es uno de los motivos por los que los farmacéuticos pedían hacerse cargo de la realización de los test, para evitar errores en la toma de automuestras.
Si una persona da positivo, independientemente de si tiene síntomas o no, hay que comenzar inmediatamente el aislamiento y contactar con Osakidetza, ya que la covid-19 es una enfermedad de declaración obligatoria, por lo que la información debe estar centralizada en el sistema público de salud. El afectado será considerado como caso sospechoso y le harán una PCR para confirmar si está infectado.
No significa que haya que descartar la enfermedad. Los autotest de antígenos solo dan positivo en los cuatro primeros días de la infección, cuando hay mayor carga viral y, por lo tanto, se es más contagioso. Si existen dudas, lo mejor sería repetir. De ahí el sentido de la venta en 'packs'.
No. A la hora de viajar, «no es una cuestión de test, sino de certificados, y hay que obtenerlos en los lugares expresamente indicados una vez realizadas las pruebas pertinentes», resume la farmacéutica bilbaína Marian Linaza. En suma, este test casero no viene acompañado de un certificado que acredite que se está libre del coronavirus.
«Con la supervisión de una persona mayor, es una prueba indicada también para la edad infantil. Lo ideal es que lo realice un adulto y que el niño no manipule el hisopo solo», aconseja Linaza.
En Portugal, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Holanda, Austria o República Checa venden estas pruebas, en farmacias y también en supermercados, desde hace tiempo. En Alemania cuestan cinco euros y siete en Portugal. En España ha tardado en aprobarse la modificación del Real Decreto 1662/2000 que contempla la posibilidad de comprar estas pruebas de autodiagnóstico sin que la receta médica sea necesaria. Hasta ahora, en caso de que uno quisiera adquirir un test de estas características, era obligatorio presentarla al comprarla.
Están disponibles para su venta en internet, pero autoridades y expertos recuerdan que estas pruebas son de venta exclusiva en farmacias, que garantizan que el producto cumple con los estándares de calidad. El test debe contener el etiquetado marcado CE, seguido de cuatro dígitos del organismo notificado que lo ha evaluado.
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