Montse Bascones y su pareja Manu. Y Susana, vestida de color turquesa, junto a sus amigas y la pareja de Cataluña que han conocido durante el viaje y que tampoco puede regresar a casa.

Más de 3.000 españoles siguen atrapados en Perú: «Estamos viviendo momentos de verdadera angustia»

Son muy críticos con el trato de la embajada y aseguran que en algunos hoteles les niegan el alojamiento por miedo a un posible contagio

Jueves, 19 de marzo 2020

Los días de confinamiento pesan más cuando transcurren a miles de kilómetros de casa. A un océano de distancia y con la cuenta de ahorros cada vez más vacía. Alrededor de 3.000 españoles, entre ellos muchos vascos, siguen atrapados en Perú a la espera de poder regresar a sus hogares. El 14 de marzo les dieron 24 horas para abandonar el país porque iban a cerrar las fronteras. Pero las instituciones no ofrecieron «ninguna solución». Llaman a todas las puertas posibles mientras la única respuesta que reciben es que aguarden. «Nos dicen que tenemos que esperar como mínimo hasta abril», lamenta Susana, una joven que viajó al país andino con una amiga de Barakaldo, donde también vive ella, y otra de Mallorca. El tiempo también pasa para la bilbaína Montse Bascones y para Manu, su pareja: «Cada vez es más complicado trasladar a nuestras familias y amigos tranquilidad, esperanza y serenidad».

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Ni el reloj ni el calendario juegan a su favor. Tienen que asumir todos los gastos ellos mismos; hay niños, mayores y personas con patologías previas entre los españoles atrapados y denuncian que siguen sin recibir ayuda. «El trato de la embajada está siendo nefasto. Dejaron un papel fuera con un número de teléfono y un correo electrónico. Y una nota diciendo que iba a estar cerrada durante 15 días por el coronavirus», critica Bascones, al tiempo que elogia que la Euskal Etxea les ha ayudado con las gestiones. Han perdido la cuenta de la cantidad de emails que han enviado a distintos organismos explicando su situación.

La «impotencia» que siente Susana va incluso más allá. Es enfermera -hay más de una veintena de sanitarios españoles atrapados en Perú- y tiene ganas de poder reincorporarse a su trabajo en Euskadi cuanto antes para poder hacer frente al coronavirus. «Vemos la situación que nos describen las compañeras y nos da rabia no poder ayudar. Estamos viviendo momentos de verdadera angustia», explica. Hace unos cuantos días grabó un vídeo junto a sus amigas y una pareja de catalanes en su misma situación y, pese a la repercusión inicial, nada ha cambiado.

Vídeo.

En ambos casos tuvieron problemas en el aeropuerto. Susana hizo, sin éxito, nueve horas de cola en Cuzco para tratar de comprar billetes de vuelta, que llegaron a costar «4.000 euros». Sigue allí, con otros 82 españoles más. Montse y su pareja pudieron volar hasta Lima, pero desde allí no han podido encontrar tampoco una conexión con Europa. «Es aún más frustrante porque vemos que otros países están enviado aviones para repatriar a gente y nosotros seguimos aquí», critica Susana.

La estancia allí tampoco está siendo nada parecido a unas vacaciones. «Nos han negado la entrada en varios hospedajes porque somos españoles y tienen miedo a que les contagiemos», cuenta Bascones. Tampoco tienen permitido salir de sus habitaciones salvo que necesiten comprar alimentos y las familias están «cada vez más preocupadas». Además, durante el toque de queda decretado por la noche, circula un coche policial con el himno peruano y un helicóptero con una luz cegadora sobrevuela la zona. «Lo de anoche parecía una guerra; fue terrible».

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