¿Vale la pena entrenarse en ayunas?

Ahora que hay que salir temprano a hacer ejercicio, los expertos recuerdan que hacerlo sin desayunar sólo beneficia a los atletas de alto nivel

Lunes, 4 de mayo 2020, 11:28

Durante este confinamiento a tiempo parcial toca hacer deporte temprano, de seis a diez de la mañana. Con el desayuno a cuestas o en ayunas. Salir a entrenarse sin nada en el estómago es una práctica a la que recurren en ocasiones los deportistas de ... alto nivel dedicados a modalidades de resistencia. Tras toda la noche sin ingerir alimentos, el cuerpo dispone de menos reservas de carbohidratos (azúcares) y tiene que recurrir a otro combustible, las grasas. De esta forma, el atleta -o ciclista- acostumbra a su organismo a utilizar esa segunda fuente energética. Eso dice la teoría. Y funciona. Pero, como matiza Jon Iriberri, experto en preparación física, hacer de deporte en ayunas sólo supone un beneficio para los atletas bien entrenados. El resto apenas notará la diferencia.

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«Entrenar en ayunas mejora el metabolismo lipídico (grasas)», explica Iriberri. Tras un sueño reparador, el hígado dispone de menos carbohidratos, pero los músculos sí guardan reservas de glucógeno (azúcares). Para que un deportista tenga bien engrasado el mecanismo que metaboliza las grasas hacen falta muchos entrenamientos. Al cuerpo hay que acostumbrarle a trabajar con hambre. Esta cuarentena, que tan larga parece ya, no es suficiente para transformar un organismo sedentario en el de un deportista de élite. «Para reducir las grasas es más eficaz la dieta. Ojo con lo que comes», aconseja Iriberri.

Entrenarse en ayunas es para deportistas de primer nivel. Según un estudio publicado en el British Journal of Nutrition recogido en 'Saludmasdeporte', los atletas que realizaron ejercicio de intensidad moderada saltándose el desayuno quemaron un 20% más de grasa. Se trata siempre de entrenamientos de resistencia y sin mucha intensidad. El cuerpo echa mano de las grasas a partir de los 20 o 30 minutos de actividad física.

Con este tipo de entrenamiento, el deportista mejora el metabolismo de las grasas. Algunos estudios cifran en un 20% el aumento del consumo de lípidos. Así, cuando llegue el día de la competición, de la máxima exigencia, el atleta estará más preparado para rentabilizar las grasas como fuente de energía cuando se vayan agotando los carbohidratos. Eso sí, para perder perder peso la mejor vía es la dieta. Ingerir menos calorías y gastar más.

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