EH Bildu y PP piden la comparecencia de Sabas y Maiz en el Parlamento vasco

Del exgerente del hospital de Basurto, cesado por la consejera el mismo día en que EL CORREO desvelara que había participado en una vacunación secreta, se espera que relate qué pasó de verdad la tarde noche del 3 de enero en el centro que dirigía y en las jornadas sucesivas. La consejera ha asegurado que fueron cuatro las vacunas que directivos del centro se inocularon de manera irregular, sin su perceptiva inscripción en el Registro Oficial. Aceptaron vacunarse sin registro el jefe de servicio de Medicina Interna, la microbióloga jefe en funciones de Control de Infecciones, la jefa de servicio de Enfermedades Infecciosas y el director gerente, único destituido.

Las inmunizaciones irregulares se prolongaron, según la oposición, al menos dos días más. El 5 de enero sería cuando se inoculó una dosis también de forma clandestina la responsable de la Unidad Básica de Prevención de Basurto, Ana Isabel Collazos, miembro del LABI. La versión oficial sitúa su inmunización el día 15, recién iniciada la del personal sanitario de primera línea.

El exgerente de Santa Marina deberá explicar la manera en que se gestó y se llevó a cabo la «vacunación masiva» de todo el personal del centro. José Luis Sabas sostiene que Osakidetza y el Departamento estaban al corriente de lo que iba a suceder y que, de hecho, enviaron al hospital 100 viales con los que lograron inmunizar a 550 personas. Gotzone Sagardui lo atribuye a «un error de la gestión». La directora de Salud Pública, Itziar Larizgoitia, también podrá aportar luz sobre lo sucedido realmente.