La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha insistido este lunes en la necesidad de mantener una 'reserva estratégica' de vacunas, a pesar del creciente rechazo que esta opción genera entre los profesionales sanitarios. «Hemos defendido que se ha de vacunar bien. El proceso de inmunización ... consiste en estos momentos en la administración de dos dosis y en guardar la secuenciación de ambas», ha recalcado la responsable del Departamento en una entrevista con 'Radio Nacional'. La decisión del País Vasco de almacenar dosis para garantizar el segundo pinchazo a todos los ciudadanos que hayan recibido el primero genera cada vez una mayor oposición entre los expertos, que consideran que en estos momentos de la pandemia el suministro está garantizado y lo más importante es llegar a un número mayor de población protegida.
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No es el criterio del Gobierno vasco, que se mantiene firma en su posición original, tal como ha recordado hoy la consejera. Sagardui ha recordado que «hace tres semanas» (en un contexto de menor oferta y disponibilidad de sueros), «el suministro se vio recortado en un 44%, pero Euskadi mantuvo su ritmo de vacunación previsto, no lo tuvimos que parar y administró 17.000 dosis». Al hilo de esta cuestión, la consejera de Salud ha querido recordar que «tenemos un mandato europeo: no se trata de vacunar más rápido, sino de vacunar bien», ha recalcado «y en eso estamos empeñados».
Euskadi figura como la comunidad autónoma que menos vacunas pone, un 69,4% de las que ha recibido hasta la fecha, y doce puntos por debajo de la media europea. Según la información difundida por el Ministerio de Sanidad, que será actualizada hoy a última hora de la tarde, las comunidades que más dosis están inoculando a su población son Aragón, que con un 93,3% pincha un tercio más que Osakidetza, Extremadura (86,4%) y Melilla (85,6%), donde el resultado fluctúa mucho de un día para otro dada su limitada población.
En su intervención, la consejera de Salud ha rechazado la posibilidad de obligar a vacunarse al personal sanitario, pero ha hecho un llamamiento a que se protejan todos los profesionales del sector por «responsabilidad personal». Entre los primeros 20.000 trabajadores de Osakidetza que se les ofreció inmunizarse, sólo 751 se negaron a pincharse. Los sanitarios, por definición suelen ser un colectivo que se vacuna poco, por lo que los resultados obtenidos en la campaña del covid pueden considerarse muy elevados.
Osakidetza se ha marcado como objetivo proteger a 375.000 mayores para verano, lo que implica que, con un ritmo de vacunación como el actual, difícilmente se llegará al objetivo del 70% de la población inmunizada para verano, que es el límite que se ha fijado la autoridad sanitaria para alcanzar la denominada inmunidad de grupo. Sagardui ha dicho que el alcance de la población protegida es una cuestión que depende exclusivamente del suministro de medicamento.
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«El tema es si vamos a tener vacunas para ese colectivo o no», ha afirmado la consejera. «Las vacunas (indicadas de momento) para las personas mayores son las de Pfizer/Biontech y la de Moderna, no la que esta llegando (en mayor cantidad) en estos momentos, que es la de Astrazeneca. Euskadi -ha añadido-cuenta con una población de 162.000 personas mayores de 80 años. Con las que se van a recibir, que serán alrededor de 70.000 ciclos completos, no llegan para proteger a todos. Si las tenemos, llegaremos», ha dicho.
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