
Gotzone Sagardui continuará en su cargo pese a haber admitido su «responsabilidad» en el descontrol de la campaña de vacunación. El portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, ha avalado este jueves su versión de los hechos y ha asegurado que el lehendakari, Iñigo Urkullu, «mantiene toda su confianza» en la consejera de Salud para que siga al frente de la lucha contra la pandemia. La responsable sanitaria también ha recibido el apoyo por parte de su partido, el PNV. «Sus explicaciones fueron satisfactorias y descarnadas. Hizo un ejercicio de transparencia total», ha valorado Andoni Ortuzar.
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El papel de Sagardui en la «descoordinación» del proceso de inmunización contra la Covid-19 fue uno de los asuntos centrales de su comparecencia ayer ante el Parlamento vasco. La consejera admitió «errores» en primera persona, pero negó tener conocimiento de los planes del gerente de Santa Marina, José Luis Sabas, de vacunar a «toda la plantilla». La conversación de WhatsApp entre ambos, publicada hoy por EL CORREO, certifica que sí se produjo esa comunicación. Los grupos de la oposición, que sugirieron o pidieron ayer su dimisión, se preparan ya para «salir con todo» y exigir la cabeza de la consejera.
No lo ven así ni el propio Gobierno vasco ni el PNV. Según el portavoz de Lakua, el reproche se debe circunscribir solamente al gerente del hospital, que organizó la campaña de inmunización de la plantilla sin seguir el protocolo establecido. «Todos los comportamientos que se alejan de la actitud ejemplar están fuera de lugar», ha señalado en declaraciones a Radio Euskadi. Zupiria ha indicado que todos los responsables sanitarios deben saber cuáles son los colectivos prioritarios para vacunar: «7 de cada 10 muertos han sido mayores de 70 años. En cualquier escenario, ellos son la prioridad».
El también consejero de Cultura y Política Lingüística ha insistido en que se abrirá una investigación para esclarecer cómo llegaron tantas dosis hasta Santa Marina cuando no estaba autorizada una vacunación masiva. Y en primera persona, como militante del PNV al igual que Sabas y Eduardo Maiz, ha lamentado que «compañeros en puestos de responsabilidad ponen en tela de juicio a quienes tenemos responsabilidades públicas». A este respecto, Ortuzar ha descartado emprender acciones contra ningún militante: «El EBB no puede actuar si no hay juicio abierto o un episodio de violencia de género, que no se dan».
El líder de los jeltzales, en una entrevista en Onda Vasca, ha calificado de «grave» lo ocurrido tanto en Santa Marina como en Basurto, donde cuatro altos cargos se vacunaron sin dejar registro de ello 11 días antes de que Osakidetza empezara a inocular a sus profesionales. «Son conductas inaceptables e incompatibles con el desempeño de un cargo público, y ante las que el Departamento de Salud ha actuado con rapidez y contundencia», ha dicho. Asimismo, ha acusado a los sindicatos «de ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio», ya que cuatro delegados también fueron vacunados de forma irregular.
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