Baja el nivel de alerta en Euskadi a la espera de que el LABI revise la movilidad interior

El Departamento vasco de Salud confirmó este jueves una tasa de incidencia acumulada inferior a 300 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, el umbral que fija la diferencia entre el estadio 3 y 4 del Plan Bizi Berri III. En concreto, contabilizó 294,54 puntos. La comunidad consiguió el primero de los propósitos tras una jornada en la que se detectaron 402 contagios. La tendencia a la baja de la curva no se ha visto todavía trastocada, pero la consejera Gotzone Sagardui ha alertado de la posibilidad de que el lento ritmo de caída tenga como consecuencia una fase de meseta.

Por ello, al Gobierno vasco no le corre prisa abrir la mano para flexibilizar la movilidad de la ciudadanía o los grupos de personas, otra de las medidas que podrían suavizarse. Pasar de 4 a 6, no más. Pero bajar este escalón no implica una activación automática. Siempre habrá que esperar a la determinación del LABI y, según afirmó la titular del Departamento esta semana, no tiene previsto adelantar su reunión programada para el 5 de marzo.

Bizkaia se mantiene como la única provincia en zona naranja. La situación todavía está lejos de estar encauzada, pero los positivos continúan en una evidente fase de remisión. La semana pasada, del miércoles al jueves, se registró un ligero repunte y en esta ocasión, no. Además, el índice de positividad arrojó el mejor dígito desde el 20 de diciembre y por debajo del umbral que la OMS considera perjudicial en Europa. También ofreció una nota positiva el RO, que mide la velocidad de transmisión, es decir, el número de personas a las que contagia un afectado por el virus. Arrastraba varios días en claro ascenso, cada vez más cerca del límite, uno de los síntomas más claros de la ralentización en la caída. Pero ha invertido su rumbo y ha caído del 0,90 al 0,87.

Esta situación ha propiciado que Euskadi se mantenga con datos preocupantes. De hecho, es la cuarta comunidad más golpeada por el virus en esta fase de la pandemia. Según el Ministerio de Sanidad, solo Melilla, Madrid y Ceuta superan a la CAV en la tasa de incidencia acumulada a 14 días, el principal termómetro para calibrar el comportamiento de la enfermedad porque ofrece a los expertos una visión a dos semanas, el periodo de incubación del virus.

La evolución de la pandemia durante estos días se observa con preocupación en los hospitales vascos, aunque la tendencia sigue a la baja y ya han podido retomar parte de la agenda quirúrgica interrumpida por el aumento de la carga asistencial el pasado mes. Así lo confirmó este jueves la consejera jeltzale en una entrevista en la Cadena Ser. «La desescalada va a buen ritmo», señaló. Esta decisión es reflejo de la mejoría de la situación. Este jueves se registró un repunte de ingresos, pasando de 44 a 57.

De momento, debido a las altas médicas concedidas, no provocó un aumento de la ocupación. En planta la cifra se mantuvo similar, 332 pacientes, uno menos que el día anterior; y las UCI atendían a 129 personas con un cuadro de salud muy delicado. Fueron 3 menos que en la víspera y la cifra más baja del último mes.

Una diferencia ínfima, sí, pero que sugiere notas positivas, ya que la semana pasada, del miércoles al jueves, se registró un ligero repunte, lo que pone de manifiesto que la tendencia sigue a la baja. Además, el índice de contagiosidad, que se calcula en base al total de test realizados, arroja signos alentadores. Tras varias semanas fluctuando entre el 5,5 y el 4,5%, acumula dos jornadas seguidas de caída hasta situarse en los estándares recomendados por los expertos, que indican que los focos han dejado de estar tan dispersos y se encontrarían ahora más localizados por la órbita de Osakidetza.