Sagardui alerta de una ralentización en la caída de los contagios en Euskadi

El País Vasco roza los 300 casos por cada 100.000 habitantes de incidencia acumulada en 14 días. Bajar de este umbral significará descender al estadio 3 de los cinco que contempla el Plan Bizi Berri III para medir la circulación del patógeno en la comunidad. Un nivel que prevé relajar algunas limitaciones. Entre ellas, permite anular el cierre municipal y provincial. Para la apertura de la movilidad más allá de las fronteras vascas habrá que esperar. En el nivel 3 se valorará modular esta restricción, pero cabe recordar que la meta del Gobierno vasco se sitúa en 60 casos por cada 100.000 habitantes, algo para lo que queda un largo camino y que durante la pandemia solo se logró tras el confinamiento total, en junio. Asimismo, se estudiará ampliar los grupos de 4 a 6 personas.

Pero el cambio de escenario no implica una activación automática de los nuevos permisos: si mañana o el jueves Euskadi arroja una tasa inferior a los 300 puntos, los vascos continuarán al día siguiente sin poder moverse a otras localidades sin causa justificada. Solo a las colindantes, como está autorizado desde hace una semana. Un ejemplo: un vecino de Sestao puede ir a hacer la compra a una superficie comercial de Barakaldo, pero para acudir a una de Basauri tendrá que esperar hasta que el consejo asesor del LABI vuelva a reunirse.

El órgano presidido por el lehendakari ostenta la potestad para decidir sobre las medidas restrictivas. Es decir, vía decreto. Su próximo encuentro está previsto para el 5 de marzo. De este modo, las limitaciones actuales se mantendrán, como mínimo, hasta esa fecha. En otras ocasiones, el LABI ha adelantado sus reuniones programadas, pero siempre por criterios de urgencia debido a un empeoramiento de los datos. Ahora no parece previsible que la cita se convoque antes, y más teniendo en cuenta que se ha empezado a percibir, según afirmó ayer la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, una ralentización en el ritmo de descenso.

En una entrevista en Radio Nacional, la titular del área utilizó el término «enlentecimiento», como ya ocurriese en la remisión de la segunda ola, antes de que los contagios se volvieran a disparar por la Navidad. En todo caso, confió en que este cambio no implique una crecida de los positivos.

Sin embargo, Sagardui advirtió el pasado miércoles de un repunte tras la reapertura de la hostelería. Hoy se cumplen dos semanas de la polémica autorización del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco que hizo añicos una de las principales estrategias del Ejecutivo para frenar el avance del virus pero que llegó como agua de mayo para un sector muy asfixiado. También la cada vez mayor presencia de la variante británica podría conllevar un cambio de tendencia. Por el momento, ningún parámetro muestra síntomas de ello, pero sí de esa pérdida de velocidad en la caída: el RO, aunque sigue por debajo de 1, acumulaba 5 días de subida y la incidencia acumulada cayó 14 puntos del domingo al lunes cuando las bajadas venían siendo de en torno a la veintena.

En el ámbito asistencial, se percibe el impacto de la caída de los casos tanto en planta como en la UCI. Las unidades de críticos atienden a 145 pacientes, 28 menos que en el pico de la tercera ola, y las de hospitalización a 396. Además, los ingresos computaron la cifra más baja desde el primer fin de semana de enero -un total de 27-, con la salvedad de que fue domingo.