La transmisión del virus entra en fase de meseta

Son varios los indicadores que permiten pensar así. El primero es el del índice RO, el que mide a cuántas personas infecta cada positivo y permite avanzar si el patógeno se expandirá o retrocederá en próximas fechas. Pues bien, por primera vez desde el 29 de diciembre, se sitúa por debajo de 1. Está en 0,99. Esto significa que en los próximos días los nuevos casos irán poco a poco a menos, siempre que se mantenga la actual tendencia. De hecho, en las últimas cinco jornadas solo el lunes hubo más contagios que en los cinco mismos días de la pasada semana.

Esta estabilización se ve ya en la incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. Lleva tres días prácticamente estancada en los que solo ha registrado una muy leve subida de un punto. Aún así, está en un nivel muy alto: 668 casos. El endurecimiento de las restricciones aplicado por el Gobierno vasco empieza a tener un claro reflejo en la contención del virus.

La tasa de positividad de los test también se mantiene a la baja. El martes se situó en el 6,4% en una jornada en la que se realizaron 16.592 analíticas. Este parámetro aún no ha alcanzado el nivel del 5% -máximo recomendado por la OMS-, pero sí muestra sus mejores datos desde el 15 de enero.

Donde esta estabilización de los contagios aún no se nota es en los hospitales. Los centros siguen soportando una elevada carga asistencial, en especial en Bizkaia. La previsión es que la presión siga aumentando en las próximas semanas cuando una parte de los nuevos contagios se traduzcan en ingresos. Solo este miércoles fueron internados otros 98 pacientes por coronavirus, la segunda cifra más alta de esta tercera ola. En las plantas de los centros de Osakidetza tratan en estos momentos a 591 enfermos Covid y a otros 155 en las UCI.