Sábado, 29 de febrero 2020
Volvía de Málaga tras pasar unos días con tres amigas ginecólogas. Era el 17 de febrero. Acudió a su trabajo en el hospital de Txagorritxu. Tenía unas ligeras molestias respiratorias. Nada que le impidiera hacer vida normal. En ese momento ni esta médica internista ni ... sus compañeros le dieron mayor importancia. Tampoco sus superiores. Ninguna persona de su equipo podía imaginarse lo que ocurriría días después. Esos problemas acabaron derivando en una neumonía y en uno de los dos primeros casos de coronavirus detectados en Euskadi.
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Esta profesional, muy a su pesar, ha llevado sin saberlo el virus al corazón de Osakidetza. Al interior de uno de sus tres hospitales de referencia para precisamente tratar esta enfermedad. «Es la situación más difícil de manejar», reconocía ayer Txema Artegoitia, jefe de Vigilancia y Vacunas del Departamento de Salud. Y lo es por la alta posibilidad de contagio entre compañeros y enfermos.
Prueba de ello es que el patógeno se ha extendido en el centro sanitario. Ayer se confirmó que ya hay otra compañera internista infectada, además de siete enfermos ingresados previamente a los que se ha aislado en la planta sexta ante el temor de que hayan sido contagiados y 95 personas en «aislamiento» domiciliario. Entre ellos, numerosos sanitarios, pacientes a los que habían tratado estas dos profesionales y familiares.
Permanecerán así dos semanas hasta comprobar si desarrollan algún síntoma compatible con la enfermedad: tos seca, fiebre y dificultad respiratoria.De hacerlo, se desplazará hasta su casa un equipo para recoger una muestra que certifique si han sido infectados. Osakidetza realizó ayer pruebas a quince de ellos. Al cierre de esta edición, doce habían resultado negativas, según indicó la consejera de Salud, Nekane Murga.
Las vinculadas a Txagorritxu representan 102 de las 110 personas sobre las que Osakidetza mantiene una «vigilancia activa». Deben tomarse la temperatura todos los días, extremar las medidas de higiene, restringir los viajes y evitar las apariciones públicas. Todos ellos tienen una persona de seguimiento asignada a la que trasladar cualquier variación en su salud. Los ocho casos restantes están relacionados con la mujer donostiarra que el viernes se convirtió en el primer caso detectado en Euskadi tras haber viajado recientemente a Milán. Ella, al igual que las dos facultativas alavesas, permanece aislada en su domicilio. El estado de salud de las tres es bueno.
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En Osakidetza trabajan con la hipótesis de que en las próximas horas pueda aumentar tanto el número de casos positivos como el de personas a las que se deba pedir que guarden cuarentena en sus casas.
Murga y Artegoitia explicaron ayer cómo el Covid-19 se había colado en Txagorritxu. El 17 de febrero regresó a su trabajo esta médica internista. Esa jornada tuvo ya «síntomas muy leves», detalló el jefe de Vigilancia y Vacunas del Departamento de Salud. Siguió trabajando toda la semana hasta que «le apareció fiebre y cogió la baja». «Aparentemente no tenía factores de riesgo. No había viajado a ninguna zona de peligro ni había estado con personas en contacto con el virus. Pero como todas las analíticas que se le habían hecho hasta ese momento eran negativas, se acordó realizarle la prueba del coronavirus», repasó Artegoitia. Esto ocurrió el viernes. Su caso, el de una neumonía sin causa conocida, no fue incluido en los protocolos del Ministerio hasta el martes por la tarde. «Era una posibilidad remota y desgraciadamente resultó positiva», lamentó el responsable médico. El patógeno estaba dentro de un hospital, el escenario menos deseado para un sistema sanitario.
A quien no le cogió tan de sorpresa ese resultado afirmativo fue a la propia internista. Ella misma se temió lo peor tras escuchar el lunes a Fernando Simón. Oyó al portavoz del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad citar la neumonía como factor de riesgo y ligó sus síntomas a la enfermedad surgida en Wuhan. Dio la voz de alarma en su unidad, pero no se le hizo ninguna prueba ligada al coronavirus hasta cuatro días después.
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Esta tardanza ha generado sorpresa y malestar en la plantilla del hospital vitoriano, referente en Álava para abordar esta nueva enfermedad y que tiene a parte de sus profesionales en aislamiento. «Hemos estado varios días juntas. Yo no tengo ningún síntoma pero por prevención me quedaré en casa hasta el 14 de marzo», reconocía a ELCORREO una de las facultativas compañera de las dos contagiadas. Buena parte de la plantilla de Medicina Interna de Txagorritxu ha sido sustituida por personal del hospital Santiago de la capital vasca. A los pacientes tratados por la doctora que viajó a Málaga y que permanecen aún ingresados les avisaron el viernes, mismo día en el que se confirmó la infección, «para que estemos vigilantes y avisemos si experimentamos algún síntoma», relataron sus familiares a este diario.
Este escenario ha puesto en cuestión los protocolos de vigilancia y detección del coronavirus planteados por Osakidetza. La consejera reiteró que esta mujer «no tenía antecedentes de riesgo», según la guía de actuación marcada por el Ministerio y asumida en Euskadi. La máxima responsable de Salud incidió en que tampoco se puede confirmar que la doctora se contagiase durante su viaje a Andalucía, aunque esa es la principal sospecha que manejan en su departamento. No obstante, en Osakidetza contemplan la posibilidad de que el virus «esté circulando» por el País Vasco desde hace días sin que haya sido detectado hasta ahora. No descartan ningún escenario.
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Murga deslizó ayer que el protocolo de actuación «se está revisando» para poder incluir más supuestos de riesgo de contagio, aunque sigue siendo válido para «contener la transmisión de la enfermedad».
La afectada en Gipuzkoa por el coronavirus SARS-CoV-2 (nombre oficial) es una joven que visitó Milán, una de las zonas consideradas de alto riesgo, a mediados de la semana pasada. En concreto, permaneció en la capital de Lombardía entre el martes 18 y el sábado 22. Fue a su vuelta a Euskadi, 72 horas después, cuando comenzó a notar «síntomas respiratorios leves». Según detalló el jefe de Vigilancia y Vacunas del Departamento de Salud, Txema Arteagoitia, ese mismo día «la mujer contactó con Salud Pública, se valoró el caso y se acordó que esperase en casa para poder tomar una muestra» para determinar si había sido contagiada. Finalmente, este pasado viernes se le practicó el análisis microbiológico, que resultó ser positivo». La mujer se encuentra «aislada en su domicilio y su estado es clínicamente estable». Tiene ocho contactos cercanos, todos localizados y en seguimiento en sus casas.
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El tercer caso de coronavirus es también una doctora de Medicina Interna del hospital de Txagorritxu. Es compañera de la primera infectada y se contagió en su puesto de trabajo. El análisis se lo realizaron el viernes por la noche, tras confirmarse el caso positivo de su colega, y el resultado se conoció en la mañana de ayer.
Osakidetza ha identificado 44 personas que han tenido contacto directo con esta facultativa en las últimas jornadas. Siete de ellos son enfermos que ya estaban hospitalizados y que han sido trasladados a la planta sexta del centro sanitario vitoriano. Permanecen en aislamiento en la unidad de Enfermedades Infecciosas. El Departamento de Salud mantiene abierta una investigación para determinar si es necesario ampliar más el abanico de personas que, por la cercanía con esta facultativa, pueden haberse contagiado y es necesario ponerles en cuarentena.
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