«Sigo todas las pautas de limpieza»

Pasea siempre al lado de 'Kala'. Se le pregunta por la raza del can y entra en un estado de neblina, al extremo de malhumorarse consigo mismo. «¡Ay va! Me has matado. Se me ha olvidado. Es americano, pero no sé qué. ¡Es la edad! Pero, ¿cómo no me voy a acordar?», se duele. Sea lo que fuere, el perro va para cinco años. Se lo mandaron de Valladolid. «Es muy manso, obediente y tranquilo -detalla-. Con él tienes obligaciones agradables que cumplir, aunque debas sacarle con lluvia y frío».

- «¡Ya está!», respira aliviado. «Es un cocker americano».

Si de Clemente se conoce su ideario futbolístico, entrenar en Serbia, Camerún y Libia -ahora es seleccionador de Euskadi- le ha obligado a apañárselas también en los fogones. «Estoy muy acostumbrado. Me divierto, me entretengo y me lo paso bien». Y, por lo que apunta, tampoco se le da mal: «Me queda suficientemente bien lo que me preparo como para comérmelo». ¿Qué se prepara y come? «Pues lo que me gusta», dice. A saber: porrusaldas, verduras, paellas, albóndigas, merluza, rape, txipirones...

Y si falla, pues nada, da un telefonazo a su amigo Karlos Arguiñano, «el mejor cocinero que existe y un tío fantástico. Soy muy fan suyo y lector de sus menús. Si tengo dudas sobre algún plato, le pregunto cómo lo hace y me lo cuenta». Curiosamente, Clemente devora telediarios y documentales y pasa horas colgado del teléfono y tirando de WhatsApp para interesarse «por los amigos que me quedan», pero ve muy poco fútbol; y, lo que aún sorprende más, no lo echa nada de menos.

«A ver, no lo echo en falta porque no hay. ¿Que nos ha tocado el momento de vivir sin fútbol? ¡Pues no hay fútbol! No te puedes quejar de lo que no puedes hacer. Yo mato el tiempo jugando al golf, pero ahora no se puede salir», zanja. Tanto tiempo solo, con la salvedad de 'Kala', le lleva a pensar. «¿Miedo por lo que pueda pasar? Entre comillas», responde. «Sigo todas las pautas de limpieza y cuidados. Hago todo lo posible para que no me pase nada. Pero me sorprende que los científicos no estuviesen preparados para detener estar enfermedad y que no hayan dado con fármacos o vacunas. Pensaba que iba a ser más rápido, pero habrá que tener paciencia; no queda otra», esgrime, con el inseparable 'Kala' en su brazos. «Con él no me siento solo», confiesa.