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¿Por qué siempre queda hueco para el postre? La ciencia lo explica

¿Por qué siempre queda hueco para el postre? La ciencia lo explica

Un grupo de investigadores de Alemania desvela por qué no hay quién se resista a un último bocado dulce después de las comidas

Sábado, 22 de marzo 2025, 11:22

Después de una comida o cena, ya sea en casa o en algún restaurante, hay quienes no se pueden resistir a ese último bocado dulce aunque la comida haya sido de lo más copiosa y se hayan quedado totalmente saciados. De ahí la conocida afirmación de que 'siempre hay hueco para el postre'. Los investigadores del Instituto Max Planck para la Investigación del Metabolismo en Alemania han descubierto de dónde viene este deseo.

Tal y como se expone en el trabajo publicado en 'Science', todo está en el cerebro. Las células nerviosas que producen la sensación de estar lleno, también son responsables del deseo de comer dulces después. Para llegar a esta conclusión, suministraron azúcar a ratones y observaron que, a pesar de estar saciados, seguían comiendo postre.

Esto se produce porque las neuronas proopiomelanocortina arqueadas (POMC), un grupo de células nerviosas, se activan cuando los ratones tienen acceso al azúcar, lo que facilita su apetito. Por lo tanto, al comer azúcar, estas neuronas liberan moléculas de señalización que estimulan la saciedad y la B-endorfina, un opiáceo propio del cuerpo, que actúa sobre otras células nerviosas con receptores opiáceos y desencadena una sensación de recompensa. Además, según indica la investigación, este proceso se desencadenó cuando los ratones ingirieron azúcar adicional y no con el resto de alimentos.

El efecto en humanos

Los científicos también realizaron escáneres cerebrales a personas que se ofrecieron como voluntarias y que recibieron una solución de azúcar a través de un tubo. Descubrieron que la misma región del cerebro reaccionaba al azúcar en los humanos. En esta región, al igual que en los ratones, hay muchos receptores de opiáceos cerca de las neuronas de saciedad.

«Desde una perspectiva evolutiva, esto tiene sentido: el azúcar es un alimento escaso en la naturaleza, pero proporciona energía rápidamente. El cerebro está programado para controlar la ingesta de azúcar siempre que esté disponible», explica Henning Fenselau, responsable del estudio. Estos hallazgos abren nuevas vías hacia el control del consumo de azúcar, en el caso de las personas con alguna patología o necesidad específica.

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