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terry basterra
Domingo, 16 de enero 2022, 01:16
De todos los ámbitos de la sanidad vasca la que sin duda sufre una mayor proporción de sanitarios 'quemados' es el de la Atención Primaria. Así lo indica Juan Luis Mendívil, psiquiatra que trabaja con los colegios de Médicos y Enfermería de Bizkaia. Su elevadísima ... carga de trabajo y presión asistencial en todas las olas de la pandemia, en especial en esta última, ha desbordado a los centros de salud. A esto se suma que en muchas ocasiones son los profesionales de Primaria sobre los que los pacientes descargan su frustración por el retraso del sistema sanitario en atenderles.
En ocasiones ese enfado mal gestionado desemboca en agresiones verbales o físicas. Es lo que ocurrió en Basauri el pasado día de Navidad. Aquella mañana estaban citadas 500 personas en los módulos instalados en el exterior del centro de salud de Ariz para la realización de test. Solo había para atenderles dos enfermeras, una auxiliar y un celador. Esta falta de personal generó un importante retraso de hora y media. A mediodía los ánimos de los que aguardaban empezaron al caldearse y comenzaron las protestas.
Maider Sánchez es una de las enfermeras que trabajaba ese día allí. «Salí del módulo a explicarles a los que esperaban en la cola que sentíamos mucho no poder ir más rápido, pero que no estábamos más sanitarios para atenderles. Les dije que si no querían esperar más lo único que podían hacer era marcharse y volver otro día», recuerda.
Hubo quien no entendió las explicaciones y su reacción hizo pasar un rato muy desagradable a esta sanitaria. «Una señora se enfadó mucho. Comenzó a insultarme, me llamó de todo... La tuvieron que agarrar su marido y su hija para que no me pegase», recuerda esta afiliada a SATSE.
El episodio fue tan violento que Maider sufrió «un ataque de ansiedad» y al día siguiente no pudo acudir a su puesto. En otras condiciones igual lo habría digerido mejor, pero la escasez de personal de enfermería que afecta a este ambulatorio con «cinco compañeras de baja por estrés» hace que el resto acumule una carga importante de trabajo. Además, «nos piden que acudamos como voluntarias el fin de semana a hacer test».
Esa sobrecarga de horas y de estrés genera también Burnout en gente joven como ella, de 24 años. «Los sanitarios también somos personas que enfermamos, tenemos sentimientos y familia como todo el mundo», recuerda aún afectada por lo sucedido.
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