Seis vascos han sido trasplantados con órganos de donantes que superaron la infección por covid

«Afrontamos un descenso importante de la actividad trasplantadora y del número de donaciones, que cayeron un 22,8%», valora para EL CORREO la directora general de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil. «Pero se puso de manifiesto la capacidad de resistencia y adaptación de nuestro sistema, que acabó el año con unos resultados inalcanzados en ningún otro país del mundo», destaca. La primera y la tercera ola, desatada el pasado enero tras el zarpazo de las fiestas navideñas, fueron las que mayor impacto tuvieron en el sistema sanitario.

En consecuencia, fueron también las que más afectaron al programa, que tiene como escenario las unidades de cuidados intensivos. En las UCI se recogen las donaciones y se implantan los órganos recibidos. Si están saturadas por pacientes con covid y sus profesionales ocupados en su atención, no hay trasplantes.

Pasada la primera oleada, que paralizó prácticamente toda la actividad asistencial no relacionada con la pandemia, la Organización Nacional de Trasplantes afrontó, como el resto del mundo, el desafío de cómo seleccionar a los donantes. De entrada, se descartaron todos los pacientes fallecidos por covid. No se podía correr el mínimo riesgo. Con el mismo criterio, se optó por rechazar también los órganos de víctimas que hubieran muerto por cualquier otro motivo, pero con una infección activa, verificada por PCR. La experiencia clínica, según detalla la directora general de la ONT, ha ido permitiendo abrir el abanico de candidatos.

Los primeros en aceptarse -lógicamente, más allá de los que jamás se infectaron por coronavirus- fueron los órganos de personas, vivas o fallecidas, que en el momento de la donación hubieran superado ya el covid. Solo los pulmones quedan fuera del programa. Los seis trasplantes practicados en Euskadi hasta el pasado julio pertenecen a este primer grupo de candidatos. Según la estadística oficial, la ONT había realizado hasta octubre 82 intervenciones de este tipo.

Con posterioridad, a finales del año pasado, la ciencia dio el visto bueno a la realización de trasplantes con órganos procedentes de donantes que habiendo superado la enfermedad aún presentan PCR positiva. No se realizan en todos los casos. Según detalla Domíguez-Gil, se buscan candidatos que hayan superado una infección leve y en los que haya transcurrido «un tiempo prudencial» desde el comienzo de los síntomas hasta la intervención. «Son donantes con una carga viral mínima, en los que probablemente detectamos no la presencia del virus, sino restos de su material genético», detalla la experta. En España sólo se han hecho seis trasplantes de este tipo, ninguno en el País Vasco.

El siguiente reto, en el que trabajan ya expertos internacionales, es ampliar la oferta con los órganos donados por fallecidos por covid. También en este supuesto los pulmones quedarían descartados. «Es muy probable que en este tipo de casos también podamos proceder con seguridad. Si todo sale según lo previsto, será una realidad en los próximos meses, pero aún nos falta evidencia científica. Sin ella, no podemos avanzar», afirma.

Los 87 pacientes que en el último año y medio han recibido un órgano de un paciente que ha superado el covid evolucionan de manera satisfactoria. «No hemos notificado ni un solo evento relacionado con esta circunstancia», destaca la directora de la ONT. El trabajo continúa.