«De esta saldremos mejores personas»
Yo me quedo en casa ·
El presidente de Vista Alegre se estrena en la cocina con platos de bacalao al pil-pil y recupera un jardín que «tenía abandonado»Secciones
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Yo me quedo en casa ·
El presidente de Vista Alegre se estrena en la cocina con platos de bacalao al pil-pil y recupera un jardín que «tenía abandonado»Le ha costado, porque nunca se había puesto antes a ello, pero Matías González es un hombre al que le fascinan los retos desconocidos. Más desde que ha constatado su capacidad para salir airoso de los mismos con muy buena nota. Habrá que fiarse, pues, ... de la palabra del presidente de Vista Alegre. Se confinó en su coqueto bajo con jardín de Neguri un día antes de la declaración del estado de alarma porque «lo veía venir» y tampoco le apetecía «mucho estar en la calle». Entendía que debía permanecer en «casita» junto a su mujer, Carmen Rojo. «Esto es muy serio y ya habrá tiempo de salir», sostiene.
Amante del buen yantar, se sorprende a sí mismo preparando estos días platos de bacalao al pil-pil; «unas cositas», afirma, como si tratara de restarse importancia. «En la vida se me había ocurrido cocinar y estoy aprendiendo», subraya con modestia.
Pero donde ha dado un salto de altura es como jardinero. Se reconoce un tipo con «suerte» al disponer de un «pequeño jardín» que ha recuperado por completo. «Me ha servido de entretenimiento y ayudado a tener una ocupación apacible, porque lo tenía francamente abandonado», confiesa. Salta a la vista su buena mano. Cuida un elegante limonero y dos naranjos, recorta los setos, mima la hiedra que cubre todo el perímetro del recinto y hasta dobla los riñones para retirar «las hormigas, caracoles y malas hierbas» que encuentra en el césped.
Ahora bien, si de algo se siente orgulloso es de cómo le luce un galán de noche, una planta de la familia de las solanáceas que trajo del Sur y que se ha convertido en la comidilla del barrio. «Despide un olor agradabilísimo, parecido al de la lavanda; casi todos los vecinos que pasan por aquí se paran a verla», describe emocionado este hombre al que le puede la pasión por los toros.
Jubilado hace siete años y desde hace un cuarto de siglo al frente del coso bilbaíno, revisa por las tardes históricas corridas de toros y paladea la lectura de la biografía que el escritor Manuel Chaves Nogales dedicó al legendario matador Juan Belmonte. «El libro es precioso y Belmonte fue un revolucionario con su toreo parado», zanja, mientras tilda la tauromaquia de «un indudable arte» al que el coronavirus ha asestado una «grave estocada. Los ganaderos van a pasar momentos malos porque hay toros de cinco años que no se van a poder lidiar esta temporada. Van a tener que ir al matadero, ya que se les pasa la edad».
Optimista por naturaleza, reconoce que el exceso de información llega a «afectarme psicológicamente». A González le reconforta «un poquito» ver pasar los días y se alegra un montón cada vez que telefonea a los amigos «y oigo que todos están bien». Ansía «volver a la normalidad lo antes posible» y cree que esta pandemia marcará «un antes y un después», pero tiene una fe ciega en que «esto pasará y saldremos fortalecidos como mejores personas».
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