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Desde su consulta en el centro de salud El Cristo, de Oviedo, el médico irunés Salvador Tranche atiende la llamada. Lo ha hecho con diez minutos de retraso, pero tiene un buen motivo. «Es que estaba atendiendo a un paciente», se disculpa. El presidente de ... la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria defiende la importancia de reforzar la Atención Primaria para hacer frente la pandemia. «Para que las aguas no arrasen abajo hay que controlarlas arriba», argumenta.
- ¿Hemos estado cerca del colapso sanitario?
- Hay diferencias entre unas y otras comunidades autónomas, pero sí. En la primera ola el colapso se pudo producir en Atención Primaria y hospitalaria. Ya en la segunda y en la tercera básicamente ha sido a nivel hospitalario, sobre todo en las unidades de cuidados intensivos. Hemos estado muy cerca, sí.
- ¿Por qué no se ha llegado al colapso?
- Por una cadena de variables como la suerte y los recursos, porque todos los hospitales incrementaron sustancialmente las UCI. En la primera ola Madrid estuvo muy cerca, pero afortunadamente la incidencia empezó a bajar justo antes de que ese colapso se produjera.
- ¿La primera ola fue el peor momento?
- Además de que nos pilló más desprevenidos y el conocimiento del virus era menor, no se contó con la Atención Primaria para el control. Si tú te pones aguas abajo, donde el río desemboca, es muy difícil de controlar el caudal. Todo el esfuerzo para que las aguas no arrasen abajo tienes que hacerlo arriba, y esto significa que tienes que controlar muy bien los casos diagnosticados y los contactos. Durante la primera ola no pudimos hacer eso.
- ¿Es ahí donde debería entrar en juego la Atención Primaria?
- Todas las miradas se vuelven hacia las UCI porque eso es lo llamativo, pero cuando un enfermo llega a la UCI no tienes opción de control, solo queda esperar a que tus recursos no se vean superados. Yo creo que las comunidades autónomas no ponen el énfasis en controlar aguas arriba. No acaban de poner recursos en Primaria y los que se ponen son insuficientes.
- ¿Por qué vamos tan lentos con la vacunación?
- Un factor muy claro es la falta de vacunas, que es algo que a algunos les viene bien desde el punto de vista político porque utilizan el argumento de que es imposible correr más. Este es ahora mismo el elemento fundamental. Quien lo condiciona todo son los laboratorios, que no están aportando lo que en principio habían acordado que iban a traer.
- Euskadi es una de las comunidades que va más retrasada en las vacunaciones.
- Me sorprende mucho lo que está pasando en el País Vasco, que va mucho más lento que el resto de comunidades autónomas. Es algo a lo que no encontramos una explicación. No sabemos por qué en el País Vasco se está yendo tan lento en comparación con otras comunidades.
- El Gobierno vasco dice que es porque reservan vacunas para garantizar las segundas dosis en caso de que las farmacéuticas distribuyan menos.
- No parece que sirva como argumento. No sabemos si esta estrategia de retrasar la primera dosis para asegurar la segunda es correcta. Tú puedes ser un poco más precavido y decir que igual no hay vacunas y voy a asegurar la segunda dosis, pero es que la segunda dosis ya se está poniendo en todos los sitios.
- Si ahora hay problemas para vacunar, mejor ni pensar en lo que puede ocurrir cuando se empiece con el grueso de la población.
- Nos tenemos que poner todos a la carrera porque el objetivo es lograrlo en el menor tiempo posible. Detrás de la pandemia del virus vendrá la pandemia del hambre, necesitamos acelerar y no perder tiempo, porque social y económicamente es imposible resistir esto.
- ¿Se ha visto que el sistema sanitario no es tan bueno como pensábamos?
- Vivíamos un poco autoengañados. Esta pandemia nos ha colocado a todos en nuestro sitio, pero la Atención Primaria ha sido la gran olvidada. El problema de verdad no es tanto el sistema sanitario sino la salud pública, que está muy desmantelada y cuando ha venido el coronavirus ha pillado a todo el mundo absolutamente descolocado. Dicho esto, nuestro sistema sanitario necesita de reformas.
- ¿Es este el momento para hacerlas?
- Como no se aproveche lo que está ocurriendo para hacer reformas, condenaremos al sistema sanitario al ostracismo durante décadas. Habremos perdido uno de los elementos más importantes del bienestar de un país, que es un sistema sanitario público potente.
- Suben los contagios, hay restricciones, bajan los contagios, nos relajamos, vuelven a subir, hay de nuevo restricciones... ¿Vivimos en un bucle?
- En un bucle total, como un yoyó.
- ¿Cómo romperlo?
- Ahora deberíamos hacer una desescalada suave, sin prisas, y mucho esfuerzo e inversión en el control de casos, apostar mucho por los rastreadores y la Atención Primaria para que en el momento en que haya un caso puedas aislarlo muy bien. El bucle está ahí y es muy cansino, de verdad. Es agotador psicológicamente.
- ¿La vacuna puede convertirse en un riesgo al hacernos creer que ya está todo arreglado?
- Es un riesgo, sí. La vacuna está funcionando bien y está siendo segura, pero todavía tiene zonas de incertidumbre. No sabemos si el que está vacunado transmite o no la enfermedad, con lo que puede ser un riesgo para el no vacunado, sabemos que reduce un poco la gravedad pero no qué impacto van a tener las posibles complicaciones... No podemos confiarnos, por eso se recomienda que, aunque estés vacunado, hay que seguir con todas las medidas de seguridad. Pero hay que vacunar, tenemos que conseguir vacunar todo lo que podamos.
- Antes del invierno había miedo de que la gripe se sumara a la pandemia, pero al final resulta que no ha habido gripe. ¿Ha sido un alivio?
- Sí que lo ha sido. Meses antes yo hablaba de un tsunami del Covid más la gripe más infecciones respiratorias, pero aquí ha ocurrido que las medidas de seguridad, la mascarilla sobre todo y también la distancia, lo mismo que nos han servido para el Covid nos han protegido de una manera tremenda contra otras infecciones. Casi no ha habido gripe y tampoco bronquiolitis en niños. Ha sido un alivio tremendo.
- Hace meses a los sanitarios les aplaudían. ¿Usted se siente aplaudido ahora?
- Tenemos una sensación un poco ambigua porque vemos mucha crispación social. No se ha explicado bien cómo están los centros sanitarios y las medidas de seguridad que se han implantado para proteger a profesionales y ciudadanos a veces han sido entendidas como dificultades de acceso. Algunos ya no es que no te aplaudan, es que vienen a reñirte de manera directa. El porcentaje de agresiones a sanitarios en los últimos meses ha aumentado y eso nos preocupa mucho. No necesitamos aplausos, necesitamos que se nos reconozca el trabajo que hacemos.
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