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Los problemas con el suministro de material sanitario en los hospitales continúan. También en los vascos. El Ministerio de Sanidad ordenó ayer a las comunidades autónomas la retirada «inmediata» de las mascarillas FFP2 del fabricante chino Garry Galaxy después de confirmar que uno de ... los lotes no cumplía con las normas y estándares exigidos por la Unión Europea para certificar la calidad de estos productos. Según informó el sindicato vasco de enfermería, SATSE, estas prendas de protección contra el coronavirus se han utilizado en los centros hospitalarios de Cruces, Basurto, Santa Marina y Gorliz, en Bizkaia, así como en la OSI Araba. Los hospitales de Gipuzkoa son los únicos que se han salvado.
Sanidad también envió estas mascarillas de tipo FFP2 -que dejan pasar menos del 6% de las partículas y, por tanto, son más seguras que otras de categoría inferior como las quirúrgicas- a otros Gobiernos regionales como los de Madrid, La Rioja, Andalucía, Castilla La Mancha o Cataluña. El Ministerio recibió un cargamento con dos lotes, unas empaquetadas en un envase verde y otras en uno azul. Las primeras han resultado ser las que no cumplen con la normativa. Según el departamento que dirige Salvador Illa, entre ambos lotes llegaron unas 900.000, aunque no se llegaron a repartir todas.
13.200 unidades acabaron en Euskadi y se han utilizado en varios de los hospitales en los que se está tratando a pacientes con Covid-19. El hecho de que hayan salido defectuosas supone un importante riesgo para el personal sanitario. «No cumplen el filtraje requerido por la normativa europea y, por tanto, dejan pasar más partículas de las que deberían», explicó ayer Amaia Mayor, portavoz de SATSE, que hace ya una semana denunció en Inspección de Trabajo que en los centros hospitalarios del territorio los profesionales que batallan en primera línea contra el virus estaban utilizando EPIS inadecuados. Ya entonces mostraron sus dudas sobre la homologación de este producto.
Para verificar la resistencia a la respiración, la partida se envió a analizar al Instituto Nacional de Seguridad en el Trabajo y Centro Nacional de Medios de Protección (INSST). El pasado 13 de abril se realizó una penetración con cloruro sódico tanto a las mascarillas del envase verde como las del azul que envió el proveedor chino. Y se constató que dejaban pasar más partículas de las permitidas.
Desde SATSE mostraron su preocupación por los riesgos que han corrido los sanitarios vascos. «Se ha utilizado en la UCI de Basurto, donde los procedimientos que se realizan, como limpieza de respiradores, extubaciones o intubaciones, resultan ciertamente peligrosos», aseguró la portavoz de la organización en Euskadi. En Galdakao también se recibió un lote, pero no se llegó a abrir. En cualquier caso, el Ministerio afirmó que ha remitido el material a AITEX, el Instituto de Investigación Textil, para que valide si es adecuado o no para otro uso, bien sea como mascarilla quirúrgica o higiénica. Por su parte, la consejera de Salud, Nekane Murga, ha dicho hoy: «En estos momentos estamos trabajando para que se identifique, se realice un seguimiento y se tome medidas para reducir los riesgos entre los profesionales que hayan podido utilizarlas.
900.000 prendas de este tipo encargó el Ministerio. Parte del lote sí estaba homologado.
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