El uso de fotoprotectores de color se extendió hace unos años entre quienes practican surf.

Cuidado con la protección solar en sticks de colores para niños: divertida pero poco fiable

Hay que prestar especial atención a que la crema que utilizan habitualmente los surfistas no contenga oxibenzona y octocrileno

helena rodríguez

Viernes, 25 de junio 2021, 01:07

El binomio niños y sol es una combinación que preocupa cada vez más a los padres. A edades tempranas la piel es más sensible -mucho más- y es prioritario proteger a los 'peques' de los estragos que a largo plazo causan los rayos del astro ... rey. Sombrillas, sombreritos, ingentes dosis de cremas protectoras... y paciencia, porque si hay algo que exige calma es el proceso de untar a un crío con el pringoso potingue. Pocos hay que asuman de buen grado que se lo echen, sobre todo en la cara. Quizás por eso, la aparición en el mercado de cremas solares de colores en formato 'stick' -que hacen más fácil y divertida la aplicación- ha tenido tan buena acogida en muchas familias. Sin embargo, ¡cuidado! porque en la mayorías de los casos, estos productos no son los mejores para su delicada dermis.

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No se trata de un artículo nuevo. Surgió hace años como producto estrella para quienes practican surf. Eran ideales porque se presentan en tamaños de bolsillo y poseen un nivel de defensa muy alto (50 o pantalla total), dos condiciones ideales pasa estos deportistas que se pasan tantas horas expuestos al sol en un entorno, el marino, que potencia aún más los efectos de la radiación ultravioleta. De hecho, muchas tiendas y webs especializadas en esta práctica las venden. Su precio ronda los 15 euros de media y en adultos permiten mantener protegidas zonas especialmente sensibles como el labio superior -esa en la que suele aparecer la temida mancha hormonal-, el escote o el tabique nasal.

Este 2021 su uso se ha generalizado entre los niños, una práctica sobre las que los expertos alertan. «Se venden por internet en la mayoría de los casos, con lo cual no contaríamos con el consejo del dermatólogo o farmacéutico respecto a si son adecuadas para los niños en cuanto a su formulación», advierte la doctora Rosa María Martí, de la Academia Española de Dermatología. Y apunta hacia dos componentes que no se deberían usar en los críos: la oxibenzona y el octocrileno. Si no cuentan con estos compuestos y no se aplican en niños muy pequeños (por debajo de los dos años), este tipo de fotoprotectores «se podrían usar puntualmente y nunca de forma habitual».

Educación para protegerlos toda la vida

«Sabemos que llevan filtros físicos que sí serían adecuados para la población infantil, pero llevan además otros compuestos para darle color al producto, de manera que es difícil de asegurar si pueden o no provocar alergias», puntualiza la experta. Además, normalmente con ellos se dibujan rayas o círculos, y otros elementos graciosos «que no cubren toda la piel como se tendría que hacer cuando se aplica un fotoprotector».

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Martí insiste en que la defensa adecuada para la infancia «pasa por la aplicación de cremas por toda la superficie cutánea repitiendo su uso cada dos horas y evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día -entre las 12.00 y las 16.00 horas-». También recuerda que es necesario que vayan con «prendas adecuadas, gafas de sol y gorros que les hagan sombra sobre la cara».

¿Qué más se puede hacer para evitarles quemaduras y problemas de piel a largo plazo? Educar. «Los padres y madres deben inculcarles la importancia de jugar en espacios de sombra. Es necesario enseñarles progresivamente para realizar una fotoprotección adecuada para el resto de su vida», recomienda la dermatóloga.

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