

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
javier beltrán
Miércoles, 29 de abril 2020, 12:07
Iker Alonso Artetxe, central del Urduliz de Tercera, compagina el fútbol desde hace casi dos años con su trabajo a media jornada en el Hospital de Galdakao como enfermero. A sus 23 años, tras cursar la carrera en la UPV, ha soportado una enorme carga de trabajo y tensión en el epicentro de la pandemia por el coronavirus: «Al principio tuvimos bastantes casos y estuvimos a tope», relata a EL CORREO.
Echa la vista atrás y evoca un periodo en el que ha estado inmerso en la sensible sección de la UCI, aunque su trabajo habitual se desarrolla en la sala de despertar después de operar, donde se reposa tras la anestesia, y en verano estuvo en reanimación. Alonso no oculta sus impresiones ejerciendo en una unidad de cuidados intensivos de diez camas, que han estado completas hasta hace pocas semanas. Con la paulatina desescalada y el descongestionamiento, la unidad se ha cerrado y la situación se ha mejorado sensiblemente en el Hospital de Galdakao. «Miedo hemos pasado todos, es algo desconocido a lo que no nos hemos enfrentado nunca. A pesar de que tenemos protección, al final, el miedo lo tenemos encima. Aparte del miedo a contagiarte, el miedo a contagiar a otra gente con más riesgo», señala en referencia a sus padres, con los que vive en Basauri. «Ahora ya estamos con los enfermos habituales», desliza.
Alonso se formó en el Basconia, club de su municipio, pasó por la disciplina del Indartsu hasta Juveniles, y volvió al Basconia de Preferente para sumar su tercera campaña consecutiva en el Urduliz. Este joven estaba completando su mejor temporada con el impulso personal del ascenso a Tercera. 24 titularidades y 2.130 minutos abrillatan su estadística. «Los que estamos ahí no estamos por dinero», sonríe este integrante de un club modesto, que ocupaba el puesto 16 de la clasificación antes de la cancelación de las competiciones: «Este año he tenido suerte. Otras temporadas me ha costado mucho entrar en la dinámica, no sé si por la motivación de jugar en Tercera División, pero para mí ha sido un regalo», lanza un zaguero central inconfundible con sus llamativos rizos y la barba, como seña de identidad.
Con el confinamiento, en contra de la corriente general, no va variado su reconocible look que se deja notar por los campos vizcaínos. «No, no, sigo con lo mío, solo mantenerlo», subraya. Tanto su técnico, Nando Alonso, como sus compañeros, le suelen mandar mensajes de ánimo por el desempeño de su profesión en una crisis sin precedentes: «Cada vez que me hablan se agradece. Me han ido preguntando, saben de lo que trabajo y la verdad es que se han preocupado», remarca emocionado.
Alonso, que ha vivido el parón del fútbol desde la primera línea de batalla, y del Athletic a muerte desde niño, se sincera sobre la incetidumbre que envuelve la vuelta a la actividad deportiva en el fútbol no profesional: «Si no se llega a parar el fútbol, no me la hubiese jugado yendo a entrenar para evitar riesgos para todos», apostilla. Alonso ha comprobado en sus carnes «la doble cara» de la vida: «El fútbol es imprescindible para mí, pero a nivel sanitario jugar con cualquier tipo de riesgo como puede ser en Segunda B y Tercera en comparación con la Primera y Segunda, que se mueve mucho dinero, creo que sería un peligro reanudar la Liga», lanza con aplomo. Iker Alonso añade que este paréntesis sin balón, ha permanecido «bastante desconectado de todo ese tema, el fútbol es ahora secundario. Hay expertos que dicen que no se puede hacer». Un futbolista que asegura que ejercer su profesión de Enfermería le «llena y gusta, aunque es difícil», reconoce.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El rincón de Euskadi que te hará sentir en los Alpes suizos
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.