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Los 350.000 habitantes en Bilbao son una especie de referencia. El comodín que usa todo el mundo cuando se refiere a cuánta gente vive ... aquí. Una cifra redonda. Pero en el año 2013 se perdió esa marca y durante siete ejercicios seguidos la ciudad estuvo oscilando entre los 345.000 y los 347.000. Hasta que en 2020 (datos de 1 de enero) se superó otra vez. La capital vizcaína alcanzó los 350.627 vecinos, según los datos oficiales facilitados por el Ayuntamiento. ¿Cómo se había logrado regresar a este escenario en pleno otoño demográfico? ¿Por qué sumó la ciudad más de 3.000 residentes en los doce meses anteriores? Fue posible gracias a la llegada de gente extranjera. En concreto, más de 4.000 ciudadanos vinieron de otros países en ese periodo.
Pero aquello fue un espejismo. O, como mucho, un repunte fugaz. Porque durante un 2020 aciago en casi todos los aspectos el padrón se ha vuelto a encoger y ya hemos bajado de los 350.000. En concreto, y según datos del Ayuntamiento de Bilbao, estamos en 349.801. La cifra es provisional, incluso poco de fiar, porque la definitiva y oficial llegará a finales del primer trimestre del año; pero la tendencia ya se ve cuál es, y además es lógica.
equilibrio demográfico
Merece la pena detenerse aquí un momento para entender la dinámica estadística y por qué a estas alturas no es posible aportar balances cerrados. Un ejemplo: el año pasado, el día 29 de enero de 2020, el padrón de la ciudad arrojaba que había 353.063 habitantes. Esa era la imagen en aquel momento. Una foto fija y poco fiable. A los técnicos no les gusta mucho manejar esas cifras porque no suelen ser reales. Hay altas y bajas continuas, también modificaciones, correcciones... Así que el padrón definitivo no queda afinado hasta que el Instituto Nacional de Estadística (INE) cruza datos de ayuntamientos y ajusta las cifras a la realidad. El año pasado resultó que en vez de esos 353.063, se quedó en los mencionados 350.627 que ahora tiene el Ayuntamiento de Bilbao como dato oficial y cerrado para el arranque de 2020.
Ahora, en 2021, pasa igual. El día 12 de enero se contaban 349.801 personas empadronadas en la ciudad, pero es de esperar que en la corrección del INE, en primavera, se reduzcan aún más. Y tendrá todo el sentido este descenso poblacional.
migración interna
¿Por qué? Porque la población de Bilbao, cuando crece, lo hace exclusivamente por la inmigración. Como queda dicho, si a comienzos de 2020 había aumentado tanto el padrón fue porque los vecinos extranjeros habían pasado de 29.815 personas a 34.239 en solo doce meses, el repunte más notable registrado en la ciudad, de largo, en la última década. Pero luego, durante el desarrollo de 2020 y hasta ahora, ese colectivo apenas ha crecido y según el padrón del pasado día 12 de enero (recordemos, pendiente de revisión) se contaban 35.657. Es normal que haya sido así, que se haya estabilizado, porque en tiempo pandémico los movimientos de población se reducen de forma radical por motivos evidentes.
Y la llegada de inmigrantes es vital para la ciudad porque el balance demográfico nos sale muy mal. Cada año nacen en la ciudad entre 2.400 y 2.500 bebés (según datos del Instituto Vasco de Estadística, Eustat). De hecho, desde 2016 nunca se ha superado esta última cifra. Mientras, con una población envejecida, los fallecimientos casi duplican a los nacimientos. En 2019, según datos del Registro Civil, hubo 4.522 defunciones en la ciudad. Y el pasado ejercicio, como efecto de la pandemia, había aumentado en más de 600 (una cifra que coincide con las víctimas mortales del virus durante ese tiempo), hasta los 5.146.
Es decir, que de no ser por los extranjeros que llegan Bilbao perdería cada año en torno a 2.000 habitantes. Porque la otra variable, las entradas de personas de nacionalidad española desde otros municipios del país, prácticamente hace tablas con las salidas de bilbaínos a otros lugares. Según datos ofrecidos por el Ayuntamiento de Bilbao, y como ejemplo, durante 2019 hubo en la ciudad 11.422 altas de personas procedentes de otro municipio del país, y se registraron 10.752 bajas de gente de aquí que se marchó.
Por eso el principal reto de las políticas municipales es atraer población joven, hacer de Bilbao una ciudad universitaria, y también atractiva para la implantación de empresas punteras que luego den empleo a los estudiantes tras su titulación. El planteamiento es impecable. Lo difícil es ir ganando terreno en una batalla en la que están prácticamente todas las ciudades de tamaño medio de Europa. La capital de Bizkaia tiene una baza importante a su favor, que es suelo en Zorrozaurre para desarrollar esa filosofía. También un tejido económico con un peso de la industria que supone un activo relevante. Es decir, hay mimbres para avanzar en la dirección deseada.
Pero hasta que eso vaya cristalizando, y no será cuestión de poco tiempo, las oscilaciones poblacionales en Bilbao seguirán dependiendo de la inmigración extranjera. Los expertos del Ayuntamiento apuntan que desde el año 2011 Bilbao ha perdido más de 2.600 personas, y la caída «no ha sido mayor al compensarse en parte por el incremento de la población de origen extranjero». Se ve muy bien cómo los años de crisis económica, cuando menguaban los inmigrantes, el padrón de Bilbao encogía. Y a partir de 2016, con la recuperación, volvieron a llegar ciudadanos de otros rincones del mundo y la población volvió a crecer.
procedencia
En realidad, el peso de los foráneos es aún mayor de lo mencionado. Los expertos municipales se refieren a los datos cerrados y validados de 2020 para hacer notar que los empadronados extranjeros son los mencionados 34.239, el 9,8% de la población. Pero si se suman las personas nacidas en el extranjero que han adquirido la nacionalidad española la cifra asciende a 49.841, es decir, el 14,2%.
Aunque la nacionalidad marroquí es la que tiene más presencia, «la mayoría de las personas extranjeras empadronadas en el municipio procede de Latinoamérica», explican fuentes oficiales del Ayuntamiento. Destacan «la alta tasa de feminización de este colectivo», que en buena medida llega a la ciudad para cubrir las necesidades propias de una sociedad tan envejecida como la nuestra. Así, un alto porcentaje se dedican al cuidado de personas mayores.
2.420 bebés nacieron en Bilbao en 2019. Durante los primeros seis meses de 2020 fueron 1.113, con cierta tendencia a la baja, según los últimos datos del Eustat. Mientras, en 2019 hubo 4.522 fallecimientos, según datos del Registro Civil, que en todo 2020 aumentaron hasta 5.146.
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