El cardiólogo Luis Fernández Lázarpo, experto en rehabilitación, atiende en su consulta a una paciente, la cardióloga Juana Umaran. Maika Salguero

Los pacientes necesitan unidades de atención integral

Fermín Apezteguia

Sábado, 19 de marzo 2022, 01:26

La pandemia de coronavirus pilló descolocada a la administración sanitaria, que se vio desbordada y necesitada de todo tipo de recursos materiales y humanos. Aquella situación corre ahora el riesgo de repetirse con el estallido de la epidemia de covid persistente. Los pacientes se sienten ... perdidos y desamparados. Son miles los que aguardan la apertura de unidades de atención integral, que estén atendidas por especialistas conocedores del trastorno que padecen. Por profesionales que les eviten el actual peregrinaje por distintos niveles y servicios de la administración sanitaria.

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«Requiere mucha humildad reconocer algo que no se conoce. ¿Por qué damos crédito a un paciente que se queja de lumbalgia y dudamos del sufrimiento de miles de afectados? ¿Es lógico pensar que millones de personas en el mundo están mintiendo a sus médicos?», se desespera la especialista Pilar Rodríguez Ledo, que pide para el colectivo una atención integral, coordinada desde Atención Primaria.

Servicio en Osakidetza

Mientras el covid crónico carezca de una terapia específica, esas nuevas unidades se presentan, según los especialistas consultados, como la única alternativa para ofrecer a los pacientes cierta calidad de vida. En ellas debería ofrecerse tanto rehabilitación física y cognitiva como abordaje psicológico, según detalla el cardiólogo Luis Fernández Lázaro, expresidente de la Sociedad Vasco Navarra de Cardiología. Los hospitales vascos abrieron en octubre las primeras unidades de rehabilitación en los tres territorios, aunque todavía atienden solo casos muy concretos, fundamentalmente de personal sanitario.

En la historia de la medicina sólo se ha logrado erradicar un virus, el de la viruela; y otro se ha podido curar, el de la hepatitis C. Quizás sea este último el mejor ejemplo de virus silente que un día, veinte años después de la infección, despierta con una virulencia tal capaz de provocar la muerte. «¡Ojo con los niños!», advierte Rodríguez Ledo. «Ha habido mucho asintomático y las formas de manifestarse del covid crónico pueden confundirse en ellos con otros problemas, como déficit de atención».

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