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En las UCI de Euskadi atendían el viernes a 36 pacientes en estado crítico por coronavirus, según los últimos datos ofrecidos por Urkullu. La mayoría han ingresado en las últimas semanas, pero una parte permanecen hospitalizados en estas unidades desde hace más dos meses. Incluso ... más. Se infectaron en una ola anterior y su organismo ha quedado tan deteriorado que aún no han recibido el alta.
Estos episodios se han dado en varias ocasiones en esta pandemia entre las 5.000 personas que han pasado por una UCI por covid en Euskadi. Muchos de ellos tuvieron que ser sedados y conectados a un respirador para dar tiempo a su organismo a vencer la enfermedad y poder salir adelante. Durante la cuarta ola -la de la pasada primavera- en Osakidetza la estancia media en una unidad de críticos se situó en 18 días, con una mortalidad del 15%, según el Gobierno vasco. Con la irrupción de la variante Delta los ingresos se prolongaron. Ahora están en 23 jornadas de media, según los datos a los que ha tenido acceso este diario.
«Hemos visto que esta cepa ha sido más letal que las anteriores y ha hecho que en la quinta ola hayamos tenido pacientes jóvenes sin vacunar con mayor gravedad que en anteriores ondas y con estancias más dilatadas», explica Álvaro Castellanos, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva. Algunos de esos hospitalizados el pasado verano continúan hoy en las UCI.
Los ingresos se alargan aún más si al paciente se le trata con ECMO. Se trata de un sistema de oxigenación extracorpóreo que realiza la función del pulmón cuando estos órganos están tan dañados que son incapaces de aportar ventilación al torrente sanguíneo. Con esta técnica se atiende a los pacientes más frágiles con posibilidad de supervivencia. Pero acarrea ingresos largos que con facilidad se extienden durante varias semanas y meses.
Varios de estos pacientes han sido atendidos en Cruces. Es el hospital vasco de referencia en el uso del ECMO. Cruces es también el centro vasco donde se suelen dar los ingresos más prolongados en la UCI de pacientes covid. En numerosas ocasiones durante esta pandemia el responsable del servicio, Fermín Labayen, ha indicado ante los medios que cuidaban a pacientes de las olas anteriores, algo que ahora también ocurre. Uno de los casos más llamativos fue el de una mujer de 43 que permaneció nueve meses en Intensivos. Ingresó en marzo de 2020 y hasta diciembre no fue bajada a planta.
Estas estancias tan prolongadas acarrean otros riesgos. Los pacientes covid más graves presentan «mucha destrucción pulmonar». Su sistema inmunitario ha estado luchando durante semanas contra la infección severa y, cuando la supera, se queda muy debilitado. Lo que le hace susceptible de sufrir «infecciones repetidas» causadas por otros gérmenes y bacterias en el propio hospital, apunta Castellanos. Un problema, añade el doctor, que han sufrido numerosos pacientes covid.
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