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Ostreopsis, así es la microalga que ha puesto en alerta a Euskadi

Ostreopsis, así es la microalga que ha puesto en alerta a Euskadi

Esta especie puede llegar a generar síntomas respiratorios similares a los de la gripe

Viernes, 31 de mayo 2024

Como una gripe. Son los síntomas que puede acarrear la inhalación accidental de la Ostreopsis, la microalga que ha puesto en alerta a Euskadi ante su posible presencia en las playas vascas en plena época estival. Pero ¿cómo es esta especie que puede producir picor en la piel y síntomas respiratorios?, ¿cómo distinguirla de las que son totalmente inocuas?, ¿puede acarrear problemas de salud más graves?

Vayamos por partes. La Ostreopsis es un alga tropical marina unicelular (con forma de gota de agua) que pertenece a la familia de los dinoflagelados, con 2.400 especies conocidas. Es microscópica, lo que dificulta que pueda ser detectada a simple vista por los bañistas.

El aumento de la temperatura del agua de los océanos provocada por el cambio climático explica su presencia en España. Desde su primer avistamiento en los años 90 en la costa catalana, ha sido también localizada en mares mucho más fríos como Galicia o Euskadi, a cuyas costas llegó en 2018. En Génova, 115 bañistas tuvieron que ser hospitalizados aquejados por su culpa. También ha provocado distintos problemas en el País Vasco francés.

Su habitat son las aguas poco profundas y bien iluminadas de las playas. Vive sobre un alga mayor y en las zonas rocosas, recubriendo los vegetales del fondo marino y los guijarros. El problema es cuando se pone a nadar o flotar en la superficie, porque ahí es donde radica el peligro de entrar en contacto con ella, sobre todo cuando su número es muy elevado y producen toxinas, algo, por fortuna, no muy habitual en mares con temperaturas templadas como el que baña a Euskadi.

Manchas marrones

Pese a su pequeño tamaño, podemos sospechar de su presencia cuando veamos manchas marrones de varios metros cuadrados de extensión en el mar. En todo caso, también hay riesgo de entrar en contacto con ellas en zonas sin ningún tipo de coloración. El sabor metálico en la boca mientras estamos en la playa también puede ser otro indicador de su presencia, aparte de un mal olor nada habitual. No es necesario estar bañándose para poder quedar afectado por sus toxinas. La espuma del embate de las olas hace que las micropartículas se desplacen por el aire y que el viento las traslade a gran distancia del litoral.

Al contacto con la piel, la ostreopsis puede provocar picores de mayor o menor intensidad, como sucede con las carabelas portuguesas y las medusas, cuya presencia también está prácticamente asegurada en las aguas vascas para este verano. Sin embargo, los síntomas más molestos pueden venir por su inhalación. Hasta el punto de que pueden llegar a confundirse con los de una gripe veraniega: mocos, tos, fiebre, problemas estomacales y malestar general que se pueden prolongar durante tres o cuatro días, advierte el Departamento de Salud. También con reacciones alérgicas: escozor en los ojos, dolores de cabeza o erupciones cutáneas.

Por suerte, la microalga tóxica no provoca problemas de salud realmente graves. Eso sí, será difícil que muchas personas relacionen estos síntomas con su día de playa, ya que suelen aparecer horas después. Para contrarrestarlos, los médicos recomiendan utilizar antiinflamatorios como el ibuprofeno para reducir sus efectos. En todo caso, se trata de un contratiempo añadido al que debería ser un relajante chapuzón en una de los 43 zonas de baño de Euskadi, cuya temporada veraniega comienza de forma oficial a partir de este sábado.

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