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El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres que viven en países occidentales. Una de cada ocho lo padecerán a lo largo de su vida. En Euskadi solo el pasado año se detectaron 1.739 casos, según los datos publicados por ... la Asociación Española Contra el Cáncer. De ellos 928 en Bizkaia, 559 en Gipuzkoa y 252 en Álava.
Todas estas pacientes son tratadas en Osakidetza. La técnica más habitual que se emplea con ellas es una cirugía conservadora que les permita mantener el pecho. Cuando la situación es más compleja se realiza una mastectomía. En ambos casos, tras la operación, se mantiene una serie de tratamientos como son la quimioterapia o radioterapia. La gran mayoría de pacientes concluyen la recuperación con hormonoterapia, que consiste en la ingesta de «un comprimido diario durante un mínimo de cinco años», explica Arantza Otegi, responsable en Osakidetza del programa de detección precoz del cáncer de mama en Euskadi, una enfermedad que tiene el próximo jueves 19 de octubre su día internacional.
Actualmente, el Servicio Vasco de Salud mantiene la vigilancia sobre 33.734 mujeres con cáncer de mama que, o bien están recibiendo aún tratamiento, o bien se les hace seguimiento, pruebas y son vistas en consulta para certificar que están superando la enfermedad o que lo han hecho ya y no se ha vuelto a reproducir.
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El de mama es uno de los tumores que está experimentando un incremento de casos en las últimas décadas. Un crecimiento que ronda el 1,6% anual, según el análisis de los datos de lo que va de siglo. Este aumento se debe a numerosos factores. Entre los que «posiblemente influirán» en esta tendencia al alza se encuentran «los cambios en los hábitos de vida y reproductivos», sumados a la «edad», apunta Otegi. Y es que la vasca es una población cada vez más envejecida. Los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, los conocidos como CDC, señalan también al tabaquismo, la exposición natural a sustancias químicas potencialmente cancerígenas y los cambios hormonales debidos a trabajar en turnos de noche como otros factores que aumentan el riesgo de padecer estos tumores.
Otegi añade que otro aspecto que está detrás de este crecimiento. «Las mejoras en la detección precoz y el refinamiento en las técnicas diagnósticas actúan indudablemente en el hecho de diagnosticar más casos», señala. El pasado año Osakidetza realizó un total de 119.497 mamografías. Estas pruebas permiten detectar un número elevado de tumores en fase temprana. En los 28 años que llevan activas se han identificado gracias a ellas cerca de 12.500 cánceres de pecho.
Pese a este aumento del número de carcinomas mamarios, la mortalidad por esta enfermedad es cada vez menor, recalca la experta. Según los últimos datos recogidos por Osakidetza, el 86% de las mujeres que sufrieron un cáncer de pecho seguían vivas cinco años después del diagnóstico. Prácticamente nueve de cada diez. Esta tasa es aún mayor en aquellas a las que se les detectó el tumor entre los 50 y los 69 años. Se sitúa en el 92,7%.
Detrás de esta alta supervivencia están tanto las mejoras en las pruebas diagnósticas como en los tratamientos. Aunque la cirugía es la terapia más habitual para actuar sobre esta enfermedad, y cada vez «son menos los casos que requieren de intervenciones más radicales», apunta Otegi, existen otros procedimientos novedosos que están teniendo un impacto importante en la reducción de la mortalidad.
«Los oncólogos cada vez aplican más a nuestras pacientes estudios genéticos de su tumor para predecir el riesgo de recaída posterior y así indicar, o no, quimioterapia o la necesidad de realizar estudios genéticos de riesgo de cáncer familiar para adaptar los tratamientos quirúrgicos y oncológicos en caso de ser portadoras de mutación para desarrollo de esta enfermedad», detalla Otegi.
A esto se suman la inmunoterapia o los tratamientos con anticuerpos que atacan específicamente a alguna proteína del tumor. Terapias con buenos resultados y con relativamente pocos efectos secundarios.
A nivel de la Radioterapia también hay técnicas novedosas como la braquiterapia para administrar la radiación de forma muy localizada en la zona del tumor. Y en Radiología se emplea desde hace pocos meses un sistema que permite 'quemar' el tumor en aquellas pacientes que, por fragilidad, no reúnen los criterios para ser intervenidas quirúrgicamente.
Aún así, y pese a todos estos avances y las altas tasas de supervivencia logradas, este cáncer sigue matando. En Euskadi 345 personas fallecieron el pasado año a causa de esta enfermedad, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Es por ello que es importante descubrirlo cuanto antes. El Programa de Detección Precoz del que es responsable Otegi cita a mujeres de entre 50 y 69 años para realizarles un estudio preventivo mediante una mamografía. Se las llama cada dos años para realizarles esta prueba.
Cuando son sintomáticas el proceso es diferente. Si notan «un bulto nuevo en la mama o en la axila cuando se palpan, sangrado o secreción en el pezón, hundimiento de este, cambio de aspecto de la piel con manchas, enrojecimiento o descamación del pecho, hinchazón, aumento del grosor o cualquier cambio de tamaño o forma de la mama o dolor en ella se les aconseja visitar al médico de cabecera», explica Otegi. Este facultativo la derivará al circuito diagnóstico, a través del servicio de Ginecología, para ver si puede sufrir el tipo de cáncer más común entre las mujeres.
Los datos
1.739 nuevos casos de cáncer de mama se detectaron el pasado año en Euskadi, según los datos recogidos por la Asociación Española Contra el Cáncer.
Tratamiento principal. El habitual es una cirugía. Cada vez son más habituales las operaciones conservadoras que permiten mantener el pecho y más escasas las mastectomías.
Seguimiento. Tras la operación la paciente puede recibir quimioterapia o radioterapia y la gran mayoría completan el tratamiento con hormonoterapia, que consiste en tomar una pastilla diaria durante un mínimo de cinco años.
Mortalidad. Aunque el de mama es un cáncer que en la mayoría de los casos se supera, un porcentaje de las mujeres que lo padecen acaban falleciendo. El pasado año murieron en Euskadi 345 personas a causa de esta patología, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Aunque el cáncer de mama es una enfermedad eminentemente femenina también la padecen algunos varones. Cada año en Euskadi se diagnostican cerca de una veintena de casos en hombres. En 2019, por ejemplo, último año previo a la pandemia, se detectaron 17 tumores de pecho en varones. Actualmente el Servicio de Salud realiza controla a 486 vascos pacientes con cáncer de mama en tratamiento o que han superado la enfermedad y a los que se les realiza seguimiento con consultas periódicas.
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