Osakidetza tutela al principal hospital de Guinea Bissau y forma a sus médicos

El centro de las actuaciones que está llevado a cabo el Gobierno vasco en el que es uno de los veinte estados más pobres del mundo está en el Hospital Nacional Simão Mendes, el mayor del país y que cuenta con 720 camas de hospitalización, una dotación superior, por ejemplo, a la de Basurto. Pero en nada tiene que ver este centro con los hospitales de Osakidetza. «Tiene muchas carencias», afirma Paul Ortega, director de la Agencia Vasca de Cooperación, tanto a nivel de medios técnicos, como humanos, de formación de los profesionales o incluso de rutinas de atención a los pacientes. Una de ellas es que el país carece de un centro de formación especializada. El que existe es de «medicina básica».

Para mejorar el funcionamiento del equipamiento desde el pasado año se han desplazado al lugar diferentes equipos de personal de Osakidetza para acompañar y formar de manera continuada a los profesionales sanitarios del centro. Algo que hacen a nivel asistencial, pero que también se quiere extender a otras áreas como la gestión o la organización para lograr un mejor funcionamiento de todo el centro en su conjunto.

Los facultativos vascos aprovechan su estancia para formar a los médicos en atenciones más específicas que tienen que llevar a cabo dentro de la práctica diaria. También les enseñan rutinas básicas de supervisión de los pacientes, como pasar planta, tomarles las constantes vitales o registrar estos datos en una historia clínica de cada enfermo.

La iniciativa ha contado hasta la fecha con un equipo permanente de sanitarios de Osakidetza integrado por dos especialistas en medicina interna y una enfermera. A ellos se han sumado de forma rotatoria y encadenada grupos de tres profesionales de diferentes ámbitos, como cirugía, anestesia, ginecología, anestesia, laboratorio o enfermería. También se envía distinto material y equipos sanitarios para mejorar la capacidad diagnóstica de un centro con una elevada mortalidad entre sus pacientes. Para conocer in situ la marcha del proyecto la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, se desplazó en junio al país africano.

Uno de los especialistas del Servicio Vasco de Salud que ha estado en Guinea Bissau durante este año es el cirujano Josean Romeo, del hospital Santiago en la OSI Araba. Con amplia experiencia en campañas quirúrgicas en Latinoamérica e integrante del equipo START de emergencias con estancias en Mozambique y Guinea Ecuatorial, considera que el proyecto humanitario del Gobierno vasco en Guinea Bissau es el «más complicado» que ha conocido por su voluntad de ayudar a transformar el principal hospital y el sistema sanitario de un país, pero también «el más interesante» por la dimensión de su objetivo.

«Es una forma de cooperación diferente a la habitual, porque no se trata de acciones puntuales, sino que es continuada y consiste en formar a sus profesionales allí mismo, con sus propios medios».

En 2020 Osakidetza y eLankidetza llevaron a cabo una acción de colaboración con Perú durante la crisis del coronavirus. En varios hospitales aplicaron una serie de protocolos de atención a los pacientes covid -separación de zonas 'sucias' y limpias, empleo de ventilación de alto flujo...- que fueron muy útiles en Euskadi durante la primera ola.

Aquella experiencia sirvió también para la puesta en marcha de «una línea de cooperación sanitaria» conjunta entre los dos organismos vascos que ahora tiene su continuidad con el proyecto de Guinea Bissau.