El aumento de positivos por ómicron ha colapsado la Atención Primaria y Osakidetza se ha visto obligada a recurrir a personal jubilado para tramitar las bajas de contagiados. Hace ya varias semanas que los centros de salud están inmersos en «un caos» que no ha ... hecho más que crecer tras el cambio de protocolo de aislamiento por coronavirus, que desde el pasado jueves se ha reducido de diez días a siete, lo que ha generado un aluvión de llamadas a los médicos de cabecera, que no dan abasto con la tramitación de las bajas laborales.
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Los miles de contagios diarios han saturado la red de Osakidetza y son muchos los infectados que pese a haber pedido 'online' la incapacidad laboral por Covid-19 no han recibido confirmación días después de haberla solicitado. Ayer se incorporaron los primeros sanitarios jubilados para ayudar con la gestión de este documento en algunas OSI, por lo que «las bajas de la semana pasada se empezarán a hacer efectivas ahora», dicen desde la Sociedad Vasca de Medicina de familia y comunitaria, Osatzen. Cada uno de estos profesionales firmará cerca de 70 bajas diarias.
En las OSI que no han logrado incorporar nuevos efectivos, serán los médicos de familia los que las gestionen. Ya han recibido un documento 'excel' con todas las solicitudes, apuntan desde Osatzen, sin entender esta medida cuando lo que se busca es «descargar» a estos profesionales de ese trabajo más administrativo.
La gestión de estos documentos es solo uno de los nuevos retos a los que se está enfrentando el personal sanitario tras la irrupción de la variante sudafricana. La confusión que generó el cambio de protocolo hace cinco días sigue sin resolverse. «Estamos recibiendo muchas llamadas de gente que no sabe cuándo termina la cuarentena», admiten desde Osatzen. Es «absurdo», valoran, pero quienes han dado positivo antes del 30 de diciembre van a tener diez días de aislamiento, y después, siete.
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Al aumento del volumen de trabajo se suma la escasez de efectivos, y es que la semana pasada fueron muchos los profesionales sanitarios que, como el resto de la sociedad, cayeron contagiados, y quienes se resisten al virus afrontan mucha más tarea. «En definitiva, un caos», resumen desde Osatzen.
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