Osakidetza reunió a sus gerentes 3 días después de los ceses para pedirles que no se vacunaran

El encuentro telemático se produjo tres días después de conocerse la inmunización de los gerentes de Basurto y Santa Marina

Viernes, 29 de enero 2021, 01:02

Osakidetza reunió a los directores gerentes de su red para pedirles que no se inmunizaran más y priorizaran a los profesionales de los servicios asistenciales de primera línea en la atención de los pacientes con coronavirus. El encuentro, realizado por vía telemática, tuvo lugar el ... viernes pasado, tres días después de que EL CORREO desvelara las vacunaciones irregulares de directivos ocurridas en los hospitales de Basurto y Santa Marina.

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La reunión se produjo a primera hora de la noche y contó con la participación de una nutrida representación de los mandos del Servicio Vasco de Salud, liderada por el nuevo director de Asistencia Sanitaria, Víctor Bustamante. Le arroparon su subdirectora, Ana Jesús Bustinduy; el jefe de Salud Laboral, José Javier Arrizabalaga, la subdirectora de Enfermería, Inmaculada Moro, y el jefe de Programas de Salud Pública, Enrique Peiró. Al encuentro fueron llamados no sólo los directores gerentes de los hospitales vascos, incluidos los de la red de Psiquiatría, sino también los de las distintas organizaciones sanitarias. En total, 25 personas, según consta en una documentación a la que ha tenido acceso EL CORREO.

Al principio de la campaña la orden era poner el mayor número de vacunas para mejorar resultados

MAndato Original

Sólo para la 'primera línea'

El único que, en la práctica, intervino fue el director de Asistencia Sanitaria, que traía para los máximos responsables de la red asistencial dos mensajes. El principal, que nadie se saltara los criterios de priorización que se les había remitido al comienzo de la campaña, recogidos en un documento de folio y medio. Bustamante les expresó, además, el interés del Departamento en que las vacunas se repartieran de manera equitativa entre todos los centros y servicios. El objetivo es que, a partir de ahora, las vacunas se vayan distribuyendo de manera más igualitaria a todos los profesionales que trabajan directamente con pacientes de Covid 19 en todos y cada uno de los hospitales y centros de salud.

Al parecer, según la información recabada por este periódico, más que evitar nuevas vacunaciones irregulares (que también quería evitarse), Osakidetza buscó con este encuentro limar la «imagen de desorden y caos» que parece haberse instaurado desde el comienzo de la campaña. En contra de sus criterios iniciales, el Departamento de Salud había iniciado la vacunación de sus servicios sanitarios -más de 40.000 trabajadores entre fijos y eventuales- tres o cuatro semanas antes de lo previsto. Ese cambio de planteamiento, que se hizo coincidir con la llegada del primer envío de la vacuna de Moderna, buscaba mejorar el porcentaje total de dosis puestas a la población, que había dejado a Euskadi a la cola de todas las autonomías.

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El criterio seguido en el País Vasco se basaba -y se basa- en el uso de la mitad de las dosis durante las primeras tres semanas con el fin de poder garantizar la segunda ante una eventual suspensión del suministro. Pero ni así conseguían cubrir el objetivo del 50%. Una vez cubiertas con la primera dosis las grandes residencias, mejorar resultados se presentaba como una meta cada vez más difícil, porque se trataba de llegar ya a espacios que atienden a grandes dependientes, con pocos residentes y muy separados entre sí, como centros de día y pisos tutelados.

El Gobierno pide ahora a los gerentes que procuren un reparto más equitativo de las dosis por toda la red

Mandato actual

Momento de poner orden

Por eso, con el fin de mejorar resultados, la orden dada al comienzo de la vacunación de los sanitarios fue que se protegiera «a todo el que se pudiera», siempre que se guardaran los cuatro criterios generales establecidos en el protocolo. Conocidas las irregularidades de Basurto y Santa Marina, Osakidetza se consideró que había llegado el momento de poner «un poco más de orden» en el proceso. La idea que se transmitió a los asistentes es que las vacunas tienen que repartirse entre los profesionales de primera línea y de una forma más ecuánime. No hubo preguntas por parte de los gerentes.

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En la mente de todos ellos estaba la destitución de los máximos responsables de los hospitales de Basurto, Enrique Maiz, y Santa Marina, José Luis Sabas. El primero había participado en una vacunación clandestina el domingo 3 de enero, recién iniciada la campaña en residencias, junto a tres directivos del hospital, según informó la consejera al Parlamento y al menos una decena de profesionales, según la información recabada por EL CORREO. El de Sabas fue un caso diferente. El gerente de Santa Marina presentó la renuncia tras promover una vacunación masiva en el centro que, según dice Sabas y niega la consejera, conocían tanto como el departamento.

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