Osakidetza reduce de once a seis meses el retraso para una mamografía en Bilbao

Durante estos años los retrasos acumulados no han sido los mismos en todas las áreas sanitarias de Euskadi. En Bizkaia la que peor escenario ha atravesado ha sido, con diferencia, la de Bilbao. Aquí el Servicio de Salud reconocía esperas adicionales de 11 meses a los hasta dos años que ya de por sí pueden acumular estas pruebas por el propio funcionamiento de este programa de detección temprana. Pero en lo que va de 2023 Osakidetza ha logrado darle un buen 'mordisco' a este retraso y reducirlo casi a la mitad. La ha dejado en medio año.

La situación no es la ideal, pero sí mucho mejor que la de que ha vivido este programa de detección precoz en los últimos dos años. Según detalla la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en un documento enviado al Parlamento vasco en respuesta a una pregunta realizada por Rebeka Ubera, representante de EH Bildu, esta rápida reducción de la demora añadida se ha logrado gracias a la aplicación de una serie de medidas en los últimos meses. Entre ellas se destacan los «trasvases de población». Se refiere el escrito a que pacientes de determinadas áreas sanitarias han sido derivados a otras próximas donde no existen esas esperas tan prolongadas para agilizarles la realización de este cribado.

También se han puesto en marcha turnos de refuerzo en algunas unidades diagnósticas y se han aplicado modificaciones en el sistema de citación. Todas estas acciones «han favorecido la disminución de los retrasos acumulados», detalla Sagardui en su respuesta.

Fuentes de la Dirección de Asistencia Sanitaria de Osakidetza explican que el cribado de cáncer de mama es una actividad muy condicionada por la capacidad de hacer pruebas que tienen los equipos. Aún así se han reforzado y renovado estas unidades. Esto se ha traducido en un incremento de la actividad que de forma progresiva está permitiendo reducir estos retrasos.

Aún así todavía resta trabajo por delante. En toda Bizkaia hay 1.976 mujeres que «están a la espera de cita más allá de los 6 meses», según recoge la información remitida por la consejera al Parlamento. La mayoría son vecinas de Bilbao, pero no todas. 1.459 son pacientes del área sanitaria de la capital vizcaína. Otras 297 residen en la zona de Uribe, 171 en la de Galdakao, 28 en la de Barakaldo-Sestao y las 21 restantes en la de Margen Izquierda y Encartaciones.

Este medio año de atraso hay que sumarlo al que se puede acumular por el propio funcionamiento del programa de cribado de cáncer de mama. Va por rondas y cada una dura dos años. Es el tiempo establecido desde que una mujer es sometida a una mamografía para detectar si tiene un tumor en el pecho hasta que se le efectúa la siguiente. El orden de llamada lo determina la dirección donde viven. Con este sistema se puede dar la circunstancia de que una vasca sea llamada justo a comienzos del año que cumple 50, porque en ese momento toca realizar la prueba a las de la calle donde reside, mientras que otra de la misma edad que vive en una zona próxima puede tener que esperar hasta los 52, porque la vuelta ya ha pasado por su vía y hasta dentro de casi dos años no le tocará de nuevo.

A finales del pasado año, cuando el área de Bilbao acumulaba una demora de 11 meses añadidos, Osakidetza indicó que parte del retraso se debía al proceso de sustitución de mamógrafos llevado a cabo en 2022. Una vez renovados, se está logrando reducir esa dilación acumulada. Para este año el Servicio Vasco de Salud tiene previsto invitar a 197.800 mujeres nacidas entre 1951 y 1973 a someterse a este cribado. También citará a las que han cumplido los cuarenta años y cuentan con antecedentes familiares por este tipo de tumor.