Salud recomienda la mascarilla para mayores de 60 años al dispararse los ingresos en UCI

Este aumento de la presión en los hospitales es consecuencia del incremento de contagios en la calle. El Gobierno vasco destaca de todos los datos de su último boletín un parámetro importante: la incidencia acumulada a siete días en mayores de 60 años se ha disparado un 91% en apenas 15 días. Se sitúa en los 736 puntos. A dos semanas la tasa de contagio para esta población llega a los 1.249. Este marcador es relevante porque este es un colectivo en el que sí se sigue monitorizando la evolución del virus por tratarse de una población de especial vulnerabilidad debido a su edad. Algo que desde Semana Santa el Sistema Nacional de Salud dejó de hacer en abril con la ciudadanía general con el cambio de la estrategia de vigilancia del coronavirus.

Otro ejemplo claro de lo rápido que ha corrido el virus desde la segunda mitad de junio es que en la última semana el 38,5% de los mayores de 60 a los que Osakidetza les ha hecho un test estaba contagiado. Hace tres semanas la tasa de positividad en las pruebas a este colectivo era del 22,5%.

Por todo estos motivos Salud pide a toda la sociedad, en especial a los grupos de riesgo, volver al uso de la mascarilla en los lugares en los que se produzcan aglomeraciones. Recomienda asimismo ventilar de forma constante los espacios interiores y evitar los locales cerrados que no cumplan con esta pauta. A su vez el Gobierno vasco anima a vacunarse a aquellas personas a las que les falte alguna de las tres dosis indicadas.

Itziar Larizgoitia, directora de Salud Pública de Euskadi, sostiene que el incremento «de casi un 50% de las hospitalizaciones en las últimas dos semanas nos tienen que llevar a preocuparnos un poco más y ser prudentes». La responsable sanitaria insta a las personas vulnerables a que «tengan precaución y extremen las medidas de protección individual». A nivel colectivo, explica que en Euskadi «no estamos en un momento en el que sea necesario adoptar medidas colectivas» ya que, aunque los contagios son muy elevados, la situación sanitaria no se parece a la de los dos años anteriores.

«La enfermedad ahora se está manifestando de forma mucho más leve. Es algo de lo que todos somos conscientes porque lo vemos a nuestro alrededor. Pero aun así sigue generando cuadros graves en bastantes personas», en clara referencia a las ingresadas, muchas de ellas vulnerables. Y es que el 81,5% de los 471 vascos hospitalizados en la última semana tienen 60 años o más.

Las recomendaciones del Departamento de Salud llegan después de que Euskadi haya duplicado los contagios detectados en apenas tres semanas. Ayer Osakidetza notificó un total de 7.882 nuevos positivos, aunque la circulación del virus es mucho mayor ya que a la población no vulnerable Salud, por norma, no les realiza un test si no existe una indicación médica justificada previa. Con infradiagnóstico incluido, Euskadi no había registrado un volumen de contagios tan alto desde el final de la sexta ola.

Dos aspectos explican el rápido aumento reciente de los casos. La consejería destaca que el verano es una época de mayor interacción social, lo que «incrementa las posibilidades de contagio». A esto hay que añadir la expansión de las subvariantes BA.4 y BA.5 de ómicron, más contagiosas que sus hermanas anteriores y con mayor escape inmunitario. Esto es que pueden infectar -y lo están haciendo- a personas que se contagiaron en olas anteriores, incluidas las que dieron positivo en la sexta, como recuerda la directora de Salud Pública de Euskadi. En el País Vasco el 80,6% de los últimos casos los han causado estas mutaciones, según el ministerio de Sanidad.

El único indicador del boletín de Osakidetza que muestra un valor más pequeño esta semana es el de las muertes. 22 personas fallecieron en los últimos siete días por covid en Euskadi, frente a las 30 de los precedentes. Aunque vista la dinámica de la pandemia, es previsible que a medio plazo los decesos vuelvan a subir. Si algo ha mostrado el coronavirus en estos más de dos años es que si aumentan los contagios, lo harán después los ingresos y la ocupación en las UCI -como ya está pasando- y por último las muertes.