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Osakidetza ha denegado hasta el momento el traslado a Euskadi a un vizcaíno de 53 años que enfermó de neumonía estando de vacaciones y se ... encuentra ingresado en estado grave en un hospital de Canarias. Ante la posibilidad de que la estancia en el centro médico pueda prolongarse semanas o meses, la familia, con domicilio en Santurtzi, ha presentado una reclamación ante el Departamento de Sanidad del Gobierno vasco en la que solicita su evacuación al hospital de Cruces. En el escrito, invocan la Cartera de Servicios Comunes del Sistema Nacional de Salud, que exige a la «comunidad de origen del paciente que se haga cargo del transporte sanitario que precise por causas estrictamente médicas, bien a su domicilio o a otro centro sanitario».
Tanto el hospital de la Laguna, en el que se encuentra internado en la actualidad en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), como Cruces habían aceptado el cambio de ubicación, pero la Delegación de Salud la denegó alegando que no existe «un convenio con Canarias» y que sólo se realizan «traslados terrestres», según fuentes familiares. El viaje entre las islas y el País Vasco tendría que realizarse necesariamente en avión medicalizado.
La familia, representada por el abogado Carlos Gómez Menchaca, ha solicitado un presupuesto a una empresa privada y el precio asciende a unos 30.000 euros. «¿De dónde saco yo ese dinero?, ¿tengo que pedir un crédito?», se pregunta su mujer, Montse, que ha tenido que regresar a Bizkaia porque su hijo ha empezado el colegio y para pedir la baja de su trabajo y gestionar la de su marido, profesor en una academia, que es autónomo. «Le están negando un derecho. La Ley dice que es su obligación. Lo que están haciendo es inhumano», se queja.
José Andrés G.Z. viajó con su mujer y su hijo menor, de 12 años, a Puerto de la Cruz, en Tenerife, a finales de julio con la idea de pasar allí el mes de agosto en un apartamento de alquiler. Cuando apenas llevaban diez días de vacaciones, el hombre empezó a sentirse mal, con tos seca y fiebre alta, por lo que se fue a Urgencias.
Al presentar insuficiencia respiratoria, de allí le derivaron al Hospital Universitario de Canarias, situado entre La Laguna y Santa Cruz, a 40 kilómetros de distancia, donde quedó internado con una neumonía bilateral. «Le hicieron la prueba del Covid hasta tres veces y dio negativo», explica su esposa, Montse. Se trata de un hombre sano, «que no bebe ni fuma». «Yo estaba sola con el niño. En tres días, sólo pude ir a verle 10 minutos porque una enfermera me hizo el favor de quedarse con el crío», se desahoga la mujer, muy afectada por la situación.
La evolución fue negativa y el día 14 de agosto, José Andrés fue derivado a la UCI. Ocho días después, tuvieron que someterle a intubación y ventilación mecánica, porque las «gafas nasales» con oxígeno se le quedaron cortas. Una hermana y el cuñado de Montse se desplazaron hasta Canarias para ayudarla en un momento tan delicado para que pudiera estar con su marido, en estado crítico. Le tuvieron que practicar una traqueotomía y no puede hablar. «Me quedaba en la calle a llorar o me escondía en el baño para que mi hijo no me viera».
Los médicos le dejaban claro que «las posibilidades de supervivencia» de José Andrés eran «muy bajas. Podía morirse». Y ella se debatía en un mar de dudas. «Tenía que elegir entre dejar solo a mi marido en la UCI, que estaba atendido, o a mi hijo menor», se duele. El mes de agosto se acababa. Su hermana tuvo que volver a trabajar y Montse retrasó el viaje de regreso en dos ocasiones hasta que, finalmente. y ante la vuelta al cole del crío, tuvo que volver a Euskadi.
Su suegra, madre de José Andrés, de 84 años, le tomó el relevo y se desplazó hasta Canarias dejando a su marido, de 87 años, atendido por familiares, para acompañar a su hijo en la UCI. «Para ella es un calvario, ver cómo está su hijo, tan lejos de casa». Para la familia, «la solución pasa porque esté aquí, estaría más tranquilo y mejoraría. Y me podría arreglar con mi suegra para cuidar al niño». «Es una tortura psicológica. La próxima vez que vaya de vacaciones, díganme dónde hay convenio y me puedo poner enfermo. Qué pecado hemos cometido por irnos de vacaciones después de dos años de pandemia. La enfermedad no se elige y menos estar al borde de la muerte», protesta. A José Andrés, que va «mejorando», le mantienen al margen de todo «por su salud. Es peligroso que se estrese».
Osakidetza, por su parte, entiende que «las necesidades asistenciales están siendo correctamente atendidas» y que «el traslado no es recomendable a día de hoy». El Departamento de Salud «está en contacto con el canario siguiendo de cerca este caso y estudiando la casuística diariamente».
30.000euros es el coste del traslado de un paciente en avión medicalizado entre Canarias y Bilbao.
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