Arrecian las voces de la oposición que exigen la dimisión de Sagardui

Iñigo Urkullu mantiene «toda su confianza» en Gotzone Sagardui para que siga al frente de la lucha contra la pandemia. Tanto el Gobierno vasco como el PNV se esforzaron ayer en cerrar filas en torno a la consejera de Salud y desestimaron las exigencias de dimisión por parte de las cuatro fuerzas de la oposición y los principales sindicatos de Osakidetza. Los grupos parlamentarios censuran que la responsable sanitaria ha perdido su «credibilidad» mientras las centrales ven «inadmisible» que trate de evadir la «responsabilidad» que ella misma admitió respecto al descontrol en la vacunación.

En el Ejecutivo autonómico sostienen que elevar una petición de dimisión hasta la consejera es un «debate político estéril». El portavoz, Bingen Zupiria, admitió que lo ocurrido es algo «grave», pero circunscribió cualquier responsabilidad a los dos altos cargos ya apartados. También el PNV busca dar carpetazo al escándalo cuanto antes. Andoni Ortuzar aplaudió el comportamiento de Sagardui y sus explicaciones «satisfactorias y descarnadas» en la comparecencia ante la comisión de Salud del Parlamento vasco.

En esa intervención del miércoles, los grupos de la oposición torcieron el morro. Los cuatro partidos pusieron en duda su continuidad como responsable sanitaria en el Consejo de Gobierno, aunque entre unos y otros hubo diferencias en el tono a la espera de que se esclarecieran las «contradicciones» entre su versión y la de José Luis Sabas. Este jueves dieron con la prueba del nueve. La publicación de las conversaciones con el exgerente de Santa Marina en EL CORREO disipó sus dudas sobre el conocimiento de la vacunación masiva en ese centro por parte de Sagardui.

Para EH Bildu, que el miércoles hacía requiebros léxicos para evitar la palabra 'dimisión', ni la consejera ni la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez, pueden permanecer «ni un minuto más» en sus puestos porque han «manchado gravemente» la imagen del Servicio Vasco de Salud. «¡Nos han mentido!», exclamó la parlamentaria Rebeka Ubera, quien denunció un «espectáculo nefasto» que ha convertido la campaña de vacunación contra la Covid-19 en «una verbena». «En un tema tan delicado, es inadmisible actuar con semejante frivolidad y descontrol», afirmó.

Algo menos contundente pero con la misma petición bajo el brazo se presentó Miren Gorrotxategi. La portavoz de Elkarrekin Podemos-IU pidió a la consejera que se «eche a un lado» porque «en estos momentos no es fuerte ni ofrece la credibilidad suficiente». La coalición morada apuesta por constituir una comisión de investigación en el Parlamento, aunque no tiene los apoyos suficientes ni para solicitarla. EH Bildu, PP+Cs y Vox de momento no se suman y se centran en la exigencia de dimisión. Todos son conscientes de la aritmética. En el Legislativo de Vitoria apenas se puede dar un paso sin el beneplácito de PNV y PSE, con una holgada mayoría absoluta.

PP+Cs también redobló ayer sus críticas tras leer los mensajes cruzados entre Sabas, Sagardui y Pérez. Para la parlamentaria Laura Garrido, ambas responsables han quedado «inhabilitadas para seguir en sus cargos», ya que la consejera negó tener conocimiento de la vacunación masiva en Santa Marina. «Esta situación es insostenible. Por una cuestión de honestidad y transparencia, como nos decía el otro día el propio lehendakari, la consejera tiene que dimitir. Y si no lo hace, el lehendakari la tendrá que cesar», insistió la secretaria general de los populares vascos.

Vox también instó a Urkullu a cesar a su titular de Salud si ésta no da el paso voluntariamente. Para la parlamentaria de la formación de extrema derecha, Amaia Martínez, los casos de vacunación irregular causan «una creciente pérdida de confianza de la ciudadanía en las instituciones que le representan y que tantos esfuerzos le están exigiendo» durante la pandemia.

La presión ejercida por toda la oposición se vio redoblada horas después por los seis sindicatos principales de Osakidetza. Satse, ELA, LAB, CCOO, UGT y ESK emitieron un duro comunicado conjunto en el que exigieron sin rodeos la dimisión de Sagardui. «Que asuma sus responsabilidades y que no intente desviar la atención», le afearon después de que informara de la vacunación irregular de cuatro delegados, la cual justifican por tratarse de una «directriz» de la dirección de Santa Marina. Según las centrales, el escándalo es un capítulo añadido en el marco de «la nefasta gestión de la pandemia en Euskadi».

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