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i. m.
Domingo, 25 de septiembre 2022, 00:45
La lucha por conseguir la incapacidad permanente por el denominado 'long covid' no suele resultar nada fácil. El abogado Jagoba Luengas es uno de los ... que capitanean este viaje que puede llegar a durar hasta dos años. Actualmente está llevando catorce casos en Euskadi -entre ellos, los de Karmele e Isabelle, dos de las mujeres que cuentan su historia en estas páginas-, «pero vendrán muchos más».
«Obtener una incapacidad por 'long covid' es muy complicado», dice Luengas sobre el proceso. Son muchos los problemas que se plantean. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) exige pruebas objetivas y, en numerosos casos, no hay manera de conseguirlas. Síntomas como los dolores musculares y de huesos son «difíciles de identificar», al no existir inflamación o rotura. Con las jaquecas y migrañas sucede algo similar. «Hay pruebas respiratorias que no reflejan la fatiga o la falta de aire que muestran muchos pacientes», explica Luengas. Además de esto, es una enfermedad que «fluctúa según el día y, a lo mejor, cuando vas a hacerte las pruebas te sientes con un poco más de energía».
Los intentos de defraudar a la Seguridad Social con alguna falsa dolencia son más habituales de lo que muchas veces creemos, según la experiencia de Luengas y otros compañeros de profesión. «Esto hace que los médicos evaluadores sean mucho más exigentes. Se van a agarrar a cualquier indicio de que esa persona es capaz de tener una vida normal para negarle la incapacidad», precisa.
Por otro lado, cada dirección provincial es distinta. Bizkaia, Gipuzkoa y Álava tienen equipos diferentes y eso puede conferir cierta carga de «arbitrariedad» al proceso, según el abogado. Luengas plantea una situación posible: «Si estás con otros demandantes con mayor grado de discapacidad, es muy probable que no te la den».
En cuanto al procedimiento, las incapacidades permanentes se pueden pedir a partir del año de baja. Después de ese periodo, el INSS hace un reconocimiento médico y, si considera que ha llegado la hora de volver al trabajo, es el momento de reclamar. La resolución se recibe en tres meses. «A partir de ahí es cuando se solicita la incapacidad permanente, que tardan en responder otros tres meses. Si el dictamen es negativo, hay que acudir a la vía judicial y esperar a la fecha de juicio, que suele tardar unos ocho meses. En el caso de que se pierda el juicio y el cliente no acepte la resolución del TSJPV, se puede recurrir al Supremo, pero es casi imposible ganar».
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