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Los probióticos se han convertido en el mejor aliado de quienes sufren de malas digestiones, acidez o cualquier otra molestia. Algunos de los alimentos más conocidos y beneficiosos para la salud intestinal, como el yogur, el kéfir o la kombucha, cada vez ocupan más espacio en los lineales de los supermercados.
En este sentido, el nutricionista Pablo Ojeda, ha querido responder a una de las dudas más repetidas: ¿Es mejor el kéfir o el yogur? Si una cosa está clara es que «son dos probióticos poderosos, pero el primero es más potente para tu microbiota», indica el experto en alimentación. «El kéfir contiene hasta 30 tipos de microorganismos beneficiosos mientras que el yogur solo tiene entre dos y cinco», aclara.
Las bacterias del kéfir «colonizan mejor el intestino y permanecen más tiempo ayudando así a la flora intestinal. En cambio, las del yogur pasan por el tracto digestivo y solo tienen efectos mientras se consumen», puntualiza Ojeda. Además, «el kéfir es más digestivo porque las bacterias y levaduras han digerido parte de la lactosa, lo que lo hace más tolerable para personas que tienen sensibilidad o algún tipo de intolerancia a la lactosa».
Este producto, que se ha puesto tan de moda en los últimos años, también tiene un efecto más potente en la reducción de la inflamación intestinal y en el fortalecimiento del sistema inmune. «El kéfir es superior al yogur debido a su diversidad y capacidad de colonización. No obstante, si solo buscas una opción probiótica y fácil de incluir en la dieta, el yogur sigue siendo súper excelente», subraya el profesional y ofrece un último consejo: «Alterna ambos para obtener lo mejor de los dos mundos».
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