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Una enfermera coloca una mascarilla de oxígeno a un bebé que sufre una crisis respiratoria.

500 niños son ingresados al año en Euskadi por bronquiolitis

La enfermedad, que es la principal causa de hospitalización en bebés, ha tenido esta temporada un «comportamiento atípico» debido al covid

Viernes, 22 de abril 2022, 00:31

Marta Montejo.

La bronquiolitis es la principal causa de ingreso entre los bebés menores de dos años. Los servicios de Atención Primaria de Osakidetza atienden cada temporada ... más de 6.000 consultas por este motivo y las Urgencias, más de 3.000. De estas últimas, cerca de 500 acaban ingresadas. Los casos más graves precisan de soporte respiratorio. Las UCI pediátricas vascas tratan a entre 50 y 60 pacientes al año con ventilación mecánica para superar la crisis.

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Esta enfermedad está causada por el Virus Respiratorio Sincitial (VRS). Pese a ser un microorganismo estacional -suele estar presente entre noviembre y marzo- las dos últimas temporadas ha presentado un «comportamiento atípico», como explica Marta Montejo, pediatra en el centro de salud de Rontegi y especialista en esta enfermedad. El coronavirus ha hecho que varíe sus pautas de conducta. Si en la temporada 2020/2021 este patógeno estuvo desaparecido hasta que surgió con un fuerte brote inesperado en los pasados meses de junio y julio, en la 2021/2022 se presentó antes de lo habitual. En octubre ya hubo un importante pico epidémico que se agudizó durante varias semanas. Osakidetza llegó a reforzar camas y equipos en los hospitales a finales de noviembre para hacer frente al aumento de casos. Pero remitió con la irrupción de ómicron.

El VRS es un virus que tiende a retirarse con la aparición de otros patógenos, aunque esta temporada ha sido diferente. Cuando golpeó la sexta ola del covid, «en vez de disminuir los casos de bronquiolitis de forma brusca» -como es lo habitual, apunta Montejo-, se mantuvieron relativamente constantes. Siempre por debajo de los niveles epidémicos, pero sin desaparecer. Cerca de un centenar de nuevas infecciones semanales han sido atendidas por los servicios de Osakidetza en estos últimos meses, indica la facultativa.

La mayoría de bronquiolitis evolucionan de forma leve. Pero eso no quita para que durante unos días esta enfermedad suponga «una afectación importante en la calidad de vida» del niño. Sus primeros síntomas suelen ser similares a los de un catarro (tos, mocos o fiebre). Al de unos días aparecen las dificultades para respirar, los pitidos o la fatiga en la toma de leche. Para las familias es muy angustioso observar cómo su hijo, un bebé de meses o de poco más de un año, tiene problemas para llenar sus pulmones de oxígeno.

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La bronquiolitis aguda no cuenta con un tratamiento farmacológico específico. Los que se emplean son de soporte y muchos se han mostrado ineficaces con el paso de los años. Desde Osakidetza se apuesta por una serie de manejos que alivian los síntomas y en los que las familias son parte activa. Entre las medidas que se emplean para superar este virus respiratorio están los lavados nasales, el control de la respiración e incluso las aspiraciones puntuales de los mocos.

Premio a los cuidados

Pero sobre todo el programa puesto en marcha en Euskadi se basa en establecer una uniformidad de cuidados a estos pacientes por parte de los profesionales que los atienden, como en la información que se da a las familias. Este último aspecto es clave en un momento de preocupación para ellas. Es lo que en Osakidetza han denominado la 'Ruta Asistencial Integrada de Bronquiolitis' y que ha recibido esta semana uno de los Premios Avedis Donabedian a la Calidad.

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Entre los principales logros que han merecido el reconocimiento de esta fundación de ámbito sanitario está la disminución significativa de la prescripción de medicación ineficiente en el conjunto de los servicios de pediatría. Montejo, una de las impulsoras de esta ruta de la bronquiolitis, detalla que se trata de un programa de cuidados centrado en el paciente, en el que «se ha incorporado la experiencia aportada por las familias» para mejorarlo. De igual modo se ha desechado el empleo de fármacos que no mejoran la salud de los niños pero sí pueden generar algún tipo de efecto secundario.

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