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El lehendakari ofreció este domingo una entrevista en la web Irekia del Gobierno vasco con la que buscó resolver las principales dudas de la ciudadanía sobre las medidas aplicadas por su Ejecutivo frente al virus. En su intervención se refirió a la complejidad de ... las actuales fechas y el peligro que pueden suponer para una reactivación de los contagios. «Las vacaciones de Navidad son un riesgo», recalcó. Y llegan en un momento en el que Euskadi registra «una tasa de contagio demasiado alta».
Urkullu se mostró preocupado por la «relajación» que pueden generar la inminente llegada de las primeras vacunas en las reuniones «con amigos y familiares no habituales», unos encuentros que han comenzado a tener lugar este fin de semana.
Sin embargo Urkullu evitó hablar de posibles nuevas restricciones para frenar, o al menos paliar, el aumento de contagios que causarán estas fiestas, tal y como alertan los expertos. Una advertencia que realizan a tenor de lo ocurrido en países como Estados Unidos tras la celebración de Acción de Gracias.
Los últimos en dar la voz de alarma han sido una veintena de colectivos y entidades sanitarias vascas, entre ellos la Facultad de Medicina de la UPV, el colegio de Enfermería de Bizkaia o el Consejo de Farmacéuticos de Euskadi, que han suscrito un comunicado impulsado por la Academia de las Ciencias Médicas de Bilbao. El texto plantea la necesidad de escalar las actuales limitaciones vigentes y pide a Osakidetza que se prepare en enero para «el peor escenario posible», con un «impacto asistencial mayor que el de la primera ola».
En su intervención Urkullu no dedicó ni una sola referencia a la advertencia de las entidades sanitarias, ni a una posible modulación de las restricción, como ya están haciendo buena parte de los países europeos y de las comunidades autónomas, la última Extremadura, que este domingo anunció la reducción del toque de queda para las noche del 31 a las 00.30 horas. Tampoco mencionó la reunión del comité técnico del LABI que se celebra este martes. En ella se decidirá si es preciso reforzar las actuales restricciones para minimizar la intensidad de la tercera ola que los expertos esperan a partir de enero.
Lo que sí hizo el lehendakari fue insistir en que la ciudadanía es la principal herramienta de contención del virus. Urkullu hizo a los vascos partícipes de lo que suceda tras las fiestas. «La responsabilidad está en nuestras manos. Cumplir las medidas es vital para salvar vidas. Ningún decreto puede sustituir lo que podemos hacer como sociedad solidaria».
Ser solidarios
Relajación
Consejo
Euskadi ha entrado en el periodo navideño con una incidencia acumulada de 283 casos por cada 100.000 habitantes. Ha conseguido bajar del 'reto' de 300 que marcó el propio lehendakari a la sociedad vasca el 21 de noviembre, pero sigue en unos niveles de transmisión altos casi cinco veces superiores a los 50-60 casos de tasa que marca Europa para hablar de situación controlada.
Son ya varias las comunidades que han decidido modificar el Plan de Navidad reduciendo el número de personas que pueden sentarse a una mesa en las celebraciones de los días 24, 25, 31 y 1 o reduciendo el toque de queda en Nochebuena y Nochevieja. El Gobierno vasco aún no lo ha 'tocado' pese a que preocupa especialmente aspectos como las fiestas que se puedan organizar para despedir el año en casas o agroturismos.
El líder del Ejecutivo vasco puso el foco en «los encuentros con familiares no habituales y amigos» por su mayor riesgo de contagio. «Son momentos en los que nos relajamos. El principal problema está en el exceso de confianza», resaltó
Estos episodios, apuntó, se producen con mayor frecuencia en los hogares y en los establecimientos hosteleros. Es por ello, explicó, que este sector ha sufrido algunas de las medidas más restrictivas. «Los usuarios relajamos las medidas de prevención en bares y restaurantes y eso es lo peligroso», dijo. Estos negocios reabriron sus puertas el pasado sábado como una de las primeras medidas que tomó el Ejecutivo para desecalar las restricciones vigentes.
Urkullu afirmó en que en las principales citas de Navidad «es mejor reunirse solo 6 personas» que las diez autorizadas. Pero, de momento, se trata de un consejo, no de una norma. A día de hoy -insistió- la única «vacuna» de la que puede echar mano la ciudadanía son las medidas de «prevención» que se imponga cada persona.
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JULIO ARRIETA
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