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iñigo gurruchaga
Corresponsal. Londres
Martes, 8 de diciembre 2020, 08:39
Las primeras dosis de la vacuna contra el Covid fabricada por el consorcio Pfizer-BioNTech fueron este martes inyectadas en pacientes británicos mayores de ochenta años y en personal sanitario, como primeros pasos en el programa de inmunización desplegado en Reino Unido. Por el ... momento, el servicio público de salud (NHS) tiene 800.000 dosis y espera acumular cuatro millones al final de mes.
Margaret Keenan, que cumplirá 91 años la próxima semana, fue la primera en recibir la vacuna, a las 06.30 hora local, en el University Hospital de la ciudad de Coventry. Las cámaras de la BBC y personal del centro estaban presentes en el momento en el que la enfermera May Parson le inyectó la dosis en el brazo. El acto simbólico fue coronado con aplausos.
La norirlandesa Keenan expresó después con perfecta lucidez que se encontraba bien tras la inyección y que era «el mejor regalo de cumpleaños que podría recibir». «Me siento privilegiada por ser la primera persona vacunada -dijo-. Puedo por fin pensar en que pasaré tiempo con mi familia y con mis amistades en el nuevo año tras pasar sola la mayor parte de este». Recomendó que otros también se vacunen.
Madrugón. La norirlandesa Margaret Keenan, a punto de cumplir 91 años, fue recibida con aplausos a las 06.30 horas por los sanitarios del University Hospital de la ciudad de Coventry.
Boris Johnson acudió como testigo de otra vacunación en un hospital de Londres, la de Lyn Wheeler, de 81 años. «Es verdaderamente muy emocionante oír que ella diga que lo está haciendo por 'Britain', porque es absolutamente cierto. Se protege ella misma y ayuda también a que se proteja todo el país», destacó el primer ministro. En una anécdota causada por el azar, Wheeler es el apellido de la exesposa del jefe del Gabinete británico, de la que se divorció recientemente.
El programa de inmunización ofreció acceso a las cámaras también en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, en una estrategia publicitaria enfocada a extender en el país una actitud positiva hacia la vacuna. Ha sido autorizada en tiempo récord tras ser administrada a unas 20.000 personas en cuatro países durante la fase clínica de la investigación. Incluyó a 40.000, de las que la mitad recibió un placebo.
La inmunidad parcial se alcanza a los 12 días de la primera dosis. La segunda ha de inyectarse en 21 días y una semana después de recibirla se alcanzaría la inmunidad total. En esta primera fase, la sanidad británica dará prioridad a pacientes en hospitales o antes de ser dados de alta, a mayores de ochenta años, a personal sanitario y a clientes y personal en residencias de mayores.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, calificó la jornada como el 'Día V', evocando el 'Día D', como se conoce la fecha del desembarco de tropas en playas de Normandía que aceleró la victoria aliada en la Segunda Guerra Mundial. Tanto Johnson como su ministro subrayaron que, a pesar de la importancia del momento, la población debe mantener las restricciones regionales vigentes.
El Ministerio de Sanidad instruyó el 1 de diciembre a la agencia reguladora de medicamentos que autorizase la vacuna, amparándose en un procedimiento de urgencia existente en los protocolos de la Unión Europea. El Ejecutivo de Boris Johnson optó por no participar en el programa de aprovisionamiento comunitario. La agencia británica había comprobado la eficacia y seguridad de la vacuna con un estudio intensivo de los datos de su investigación.
La manufactura de las vacunas está encontrando obstáculos para satisfacer la magnitud de la demanda en el corto plazo. Londres ha contratado 40 millones de dosis con Pfizer-BioNTech. El consorcio AstraZeneca-Universidad de Oxford ha advertido de que dificultades en la cadena de producción en Reino Unido le forzarán a importar las primeras dosis de factorías en otros países.
La puesta en marcha del programa de vacunación ha fomentado el optimismo, porque llega cuando se están desplegando los test rápidos a personal sanitario, a estudiantes que tienen intención de regresar a sus viviendas familiares en la vacación navideña o a visitantes de residencias de mayores. Con una capacidad de procesar dos millones diarios de pruebas, el Gobierno elabora una estrategia que optimice los recursos de vacunación y test.
Los efectos secundarios de esta vacuna son convencionales en el corto plazo -fiebre o fatiga breves-, pero no han sido comprobados en plazos más largos. La sanidad británica invita a vacunados a unirse a una muestra de supervisión. Expertos en inmunología esperan que esta vacuna, o alguna de las otras que se investigan, muestre capacidad de profilaxis con personas ya infectadas, lo que permitiría suprimir la expansión de brotes.
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