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Hay dos aspectos que caracterizan la sexta ola de la pandemia. El que más ha trascendido es la alta capacidad de circulación de ómicron. Suyas son, de largo, las cifras de contagios más elevadas de toda la crisis sanitaria. El otro rasgo distintivo es la ... elevada cifra de fallecimientos. Un hecho que se ha agudizado en algunas comunidades autónomas. Euskadi es una de ellas. Hasta el punto de que dobla la tasa de mortalidad registrada en el conjunto de España.
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Según se extrae de los datos publicados por el Ministerio de Sanidad, en el todo el país han muerto en lo que va de año 1,8 personas infectadas por cada 10.000 habitantes. En el caso de Euskadi han sido 3,9. Solo Aragón muestra una mayor proporción de habitantes fallecidos tras contraer el virus en los cincuenta días que han pasado desde que comenzó este año.
861vascos han fallecido tras dar positivo desde que comenzó el año, según Sanidad.
344.398personas se han infectado en Euskadi en los últimos dos meses, según Osakidetza.
La sexta ola del coronavirus se ha revelado como la segunda más letal de esta pandemia, solo superada por la primera. Pero es que los decesos se han incrementado de forma muy notable a partir de Año Nuevo. Desde entonces Euskadi ha registrado 861 fallecimientos de personas que contrajeron el virus. En el primer mes y medio de la crisis sanitaria -entre marzo y abril de 2020- perdieron la vida 1.062, según los datos oficiales de Sanidad. El primero fue un hombre de 82 años ingresado con neumonía en el hospital de Galdakao.
En el conjunto de España en lo que va de año han perdido la vida 8.593 personas que habían dado positivo en un test. En los primeros cincuenta días de la pandemia fallecieron en todo el país 20.453 personas, según figura en los boletines oficiales del ministerio. Las cifras de nuevos decesos de estos últimos días, con números próximos a las 400 nuevas muertes, son casi calcadas a las que se notificaban durante la segunda mitad de abril de 2020.
Osakidetza indica en sus últimos boletines que en torno a la mitad de los óbitos de infectados en estas últimas semanas tienen como causa directa al virus. El resto corresponden a vascos que dieron positivo en un test en los últimos dos meses pero clínicamente son atribuibles a otro motivo distinto al patógeno.
¿Cómo son las personas que están falleciendo en estos momentos? En Euskadi la inmensa mayoría de estas últimas 861 pérdidas humanas corresponden a mayores. El grueso se concentra entre los vascos que tienen más de 70 años. Pero también ha habido casos de jóvenes. Desde que arrancó el año ha muerto un niño menor de 10 años, dos veinteañeros y siete treintañeros.
Daniel López Acuña, exdirector de Acciones de Salud de la Organización Mundial de la Salud, indica que todos estos decesos son consecuencia del «aluvión de casos» registrados en los últimos dos meses. Apunta que las autoridades sanitarias no han entendido que, «aunque la letalidad de ómicron es diez veces menor a la de otras variantes, los contagios han sido tan altos que tenemos unas cifras de fallecimientos muy similares» a las de algunos de los momentos más complicados de esta crisis sanitaria. Solo en Euskadi han dado positivo en un test de Osakidetza 344.398 personas en los últimos dos meses y la incidencia acumulada alcanzó los 7.000 puntos, una de las más altas registrada por una comunidad en toda la pandemia.
Tampoco se han valorado, añade López Acuña, los «factores de riesgo». «Si tenemos una población más envejecida y con mayor comorbilidad, cuando llega una nueva ola del virus tendremos una mortalidad mayor. Y eso lo que ha ocurrido en varias regiones del norte de España», explica. Euskadi, junto con Aragón, Asturias, Navarra y Castilla y León son las autonomías que han registrado más decesos de contagiados por habitante en lo que va de año.
Para el experto, hay otro factor clave que no está siendo correctamente explicado por las autoridades sanitarias. «Con una cobertura vacunal tan alta como la que tenemos no deberíamos registrar una mortalidad tan elevada. Hay que analizar y explicar si esos fallecimientos corresponden a personas no vacunadas, a reinfectadas o a aquellas que ni con una tercera dosis han conseguido una cobertura suficiente». López Acuña cree necesario analizar «si puede estar ocurriendo algún fallo en los preparados a la hora de prevenir las muertes» para, en caso de que sea así, actuar en consecuencia y tomar las medidas que sean precisas para tratar de evitarlas.
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