Tome nota: si hay alguien bien colocado en la carrera hacia el Nobel de Medicina es Robert Langer. Con una producción científica apabullante, este ingeniero químico inventó hace casi 50 años una de las tecnologías que ha posibilitado las vacunas de ARN mensajero (ARNm) contra ... el coronavirus. Cofundador de la farmacéutica Moderna, recibió el jueves en el Palacio Euskalduna el Premio Fronteras del Conocimiento en Biología y Biomedicina, compartido con Katalin Karikó y Drew Weissman, que descubrieron cómo modificar el ARNm para usarlo como agente terapéútico,
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- Uno de los científicos más citados del mundo, autor de más de 1.500 artículos, con más de 1.400 patentes, empresario de éxito millonario… ¿De verdad hay solo un Robert Langer?
- Creo que solo hay un Robert Langer. Lo que pasa es que he tenido desde siempre muy buenos estudiantes en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y hago con ellos muchas cosas, como los artículos, las patentes, algunas 'startups'… Por eso ves tantos Robert Langer.
- En 1976 presentó en la revista 'Nature' un sistema para usar nanopartículas como vehículos para meter moléculas en nuestro organismo. ¿Pensaba ya en aplicaciones o era todavía investigación pura y dura?
- Era ciencia básica. Estábamos haciendo una investigación sobre el crecimiento de vasos sanguíneos en tumores cancerígenos. Buscábamos un sistema para transportar moléculas a los vasos sanguíneos y evitar el crecimiento de tumores.
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- ¿No podían meter esas moléculas en el cuerpo humano sin más, sin protección?
- No, porque, si no tienes un vehículo protector, durante el viaje hacia donde tiene que ir, la molécula será destruida por enzimas, por el agua y por otras cosas. Sin protección, no puede llegar su destino.
- Y la idea se encontró con el rechazo de buena parte de la comunidad científica.
- Es algo que les ha pasado a muchos otros científicos, no solo a mí. Hay algo que yo llamo la sabiduría convencional, que es lo que piensa la mayoría de la gente. Desafiar la sabiduría convencional es muy difícil tanto en la ciencia como en otros campos. Para cambiar la mentalidad de la gente hizo falta tiempo y también que otros investigadores confirmaran nuestros resultados por su cuenta.
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Nuevas ideas
- De sus artículos de 1976 en 'Nature y 'Science' se han beneficiado ya cientos de millones de personas protegidas del coronavirus con vacunas de ARNm...
- Sí, es cierto. Las nuevas vacunas contra el covid son consecuencia de esta tecnología, pero ya antes se ha utilizado para tratamientos contra el cáncer, contra cardiopatías, para la salud mental…
- ¿Cuándo se dio cuenta de que su tecnología podía servir para desarrollar vacunas?
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- Bueno, ya en 1979 escribí en un artículo en el 'Journal of Immunological Methods' que su utilización podía abrir la vía a mejores vacunas. Creo que siempre tuve en mente su uso para vacunas.
- ¿Cuáles son las ventajas de las vacunas de ARNm?
- Cuando se hacen vacunas a partir de proteínas, se inyectan en el cuerpo proteínas que provocan una respuesta inmune. El dogma científico dice que el ADN produce el ARNm, que a su vez produce las proteínas. Si tienes un ARNm que provoca la producción de esas proteínas en tus células, el cuerpo reacciona y tienes la vacuna. Esta forma de fabricar vacunas es mucho, mucho más rápida. No tienes que pasar semanas, meses o años cultivando proteínas en el laboratorio. ¿Por qué? Porque es el cuerpo el que fabrica las proteínas. De hecho, Moderna diseñó la vacuna contra el coronavirus en dos días.
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-¿Ha dicho «en dos días»?
- Sí.
- ¿Pensaron alguna vez que todo iba a ir tan rápido?
- En cuanto al diseño y la producción de la vacuna, sí. Cuando en Moderna empezamos a trabajar en ella, pudimos aprovechar el conocimiento que ya teníamos de otras ocho vacunas en las que estábamos trabajando. Lo que no esperábamos es que los ensayos clínicos y la aprobación por las agencias reguladoras fueran tan rápidos.
- El ARNm lleva las instrucciones para que nuestras células produzcan una proteína del coronavirus y nuestro cuerpo reaccione contra ella, ¿no?
- Sí. En este caso se trata de la proteína Spike del coronavirus.
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- Usar nuestro cuerpo como fábrica de medicamentos parece propio de la ciencia ficción.
- Cómo funciona el cuerpo en general parece ciencia ficción: la producción de células, tejidos, órganos; cómo viajan las células por el cuerpo… Es una maravilla de la naturaleza.
- Los colegas con los que comparte el premio han dicho que las aplicaciones de su tecnología y la de modificación del ARNm son infinitas. ¿Usted también lo cree?
- Estoy al cien por cien de acuerdo con ellos.
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- ¿Qué será lo siguiente en ARNm?
- Si miramos lo que tienen en fase desarrollo Moderna y BioNTech, posiblemente vengan vacunas contra el zika, el ébola, la gripe… E incluso vacunas combinadas que te protejan, por ejemplo, contra el coronavirus y la gripe. Además, el ARNm se va a usar para luchar contra cardiopatías, el cáncer, la fibrosis quística...
Nació en 1948 en Albany (Nueva York, EE UU). Es ingeniero químico, profesor del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y cofundador en 2010 de la biotecnológica Moderna.
Dirige en el MIT el Langer Lab, donde trabajan más de cien investigadores. Es autor de más de 1.500 artículos científicos y tiene más de 1.370 patentes concedidas o pendientes utilizadas por más de 400 empresas.
Ideó en la década de 1970 el vehículo seguro, la tecnología de encapsulación que permite introducir el ARNm en el cuerpo sin que sea destruido.
Es uno de los 400 estadounidenses más ricos, según 'Forbes'. A finales del año pasado, esta revista calculaba la fortuna de Robert Langer en unos 3.500 millones de dólares. Podía no hacer nada, pero sigue trabajando en su laboratorio del MIT. En la prestigiosa universidad privada de Cambridge empezó su carrera en 1974, allí ha formado en su laboratorio a generaciones de científicos y de allí han salido empresas que han desarrollado terapias contra el cáncer, la diabetes, la esquizofrenia y otras enfermedades.
Con dos socios, fundó en 2010 una compañía que saltó a la fama cuando llegó el coronavirus, Moderna. Tiene el 3% de las acciones de esa biotecnológica. En sus inicios se enfrentó al escepticismo de sus colegas cuando propuso usar nanopartículas como vehículos para meter moléculas en el cuerpo humano. Y, al recibir el Premio Fronteras del Conocimiento, recordó que hace dos años revivió aquellos tiempos. «Cuando empezamos a desarrollar vacunas para tratar la covid-19, 'The Boston Globe' publicó un artículo en primera plana titulado 'Así no se hace ciencia', con mi foto debajo».
Langer «soñaba» en sus comienzos, cuando rechazaron sus primeros nueve proyectos, con aplicar su formación y sus conocimientos de ingeniería química a «la mejora de la salud de las personas». Cinco décadas después, con más de 220 grandes premios y tras haber desempeñado un papel clave en la lucha contra la primera pandemia del tercer milenio, sigue obsesionado con innovar. Su equipo trabaja con la Fundación Bill y Melinda Gates en nuevas vacunas contra la polio y otras enfermedades, y en proyectos de lucha contra la desnutrición.
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