La red hospitalaria vasca ha recuperado su actividad y ya funciona «al 90 o 100%» de la capacidad que tenía hasta marzo, cuando la irrupción de la Covid-19 obligó a cancelar las pruebas y cirugías no urgentes. Así lo reconocía esta semana la consejera ... de Salud, Nekane Murga, quien, sin embargo, admitía que en el caso de las exploraciones como las que se hacen con escáner o resonancias magnéticas el ritmo es «quizá algo más bajo» que antes de la crisis. «Los protocolos tienen que garantizar la seguridad del paciente», explicó.
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La desinfección de estas cabinas cada vez que sale un paciente lleva su tiempo. La lista de espera para pruebas se cerró el pasado año con 27.746 vascos en la lista de espera. La demora media era de 13,2 días y había bajado en 24 horas con respecto al ejercicio anterior.
Durante este tiempo de crisis sanitaria se ha dado prioridad a todo lo urgente. A partir de ahora, se retoman las revisiones a los pacientes con patologías crónicas o las periódicas que se efectúan a quienes padecen o han tenido algún tipo de cáncer.
Los escáneres o TAC de última generación, como los que se han inaugurado los dos últimos años en los hospitales vitorianos de Txagorritxu y Santiago, tienen capacidad para realizar unas 9.000 exploraciones anuales. Más o menos, 25 al día. En casos urgentes, se pueden obtener imágenes de un órgano dañado en minutos. Para algunas pruebas exploratorias, como las que utilizan contrastes, el paciente debe someterse primero a una serie de analíticas para descartar riesgos.
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