j. j. hernández
Martes, 10 de agosto 2021, 02:31
Los familiares de los residentes en geriátricos vizcaínos están «muy preocupados con el incremento de casos» en Euskadi ya que saben bien que «cuando está tan mal fuera, es inevitable que el virus acabe entrando en los centros». Y pese a que la Diputación lo ... descarta, temen un eventual endurecimiento de las visitas, según confiesa Iraide Urriz, portavoz de la asociación Babestu. «En todos estos meses no se ha flexibilizado el régimen. Tenemos 40 minutos tres días a la semana y dos paseos. Hay familiares para los que puede ser suficiente pero hay otros que veían a diario a sus padres. Los que tienen un mejor estado cognitivo nos explican que se les hace muy largo y que se sienten solos».
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A su juicio, uno de los problemas es «que no se han recuperado las actividades» que los mayores hacían en su día a día y «pasan muchas horas frente al televisor, sin hacer otra cosa». «Las autoridades nos dicen que con los paseos casi se les puede ver a diario, pero no es así. Este verano, que está haciendo malísimo, cuando llueve o hace frío no puedes sacar a una persona mayor a dar un paseo y te quedas sin él porque ponerle una capa es peor que no sacarle», apunta.
Confiaban en Babestu que la vacuna les permitiría recobrar las visitas sin ningún tipo de limitación. «En febrero estaban inmunizados. En marzo ya no había casos, pero no se ha vuelto a la normalidad». Pone el ejemplo de algunos hijos o cónyuges que viven cerca de la residencia y «podían ir a verle a diario durante tres horas a la mañana y otras tantas a la tarde. Hacían su vida con ellos y ahora tienen 40 minutos. No nos conformamos con ese tiempo», lamenta. «Cerrar de forma hermética no es la solución», valora. «No tener contacto y la falta de apoyo a diario hace que los mayores pierdan muchísimo. Se les nota a todos». También señala que en algunos centros hay escaso personal para gestionar las visitas y se ha puesto un límite diario de familias, por lo que hay allegados que se quedan fuera.
Respecto a otra de las polémicas que en estos momentos rodean a las residencias, Urriz se muestra partidaria de administrar a los mayores la tercera dosis «en cuanto lo diga Osakidetza» para mejorar su protección. «Tenemos miedo de que vuelva a subir mucho y acabe fatal». Sobre la vacunación obligatoria de la plantilla, prefiere «no entrar en ese debate», al igual que hizo la Diputación. «Queremos que los trabajadores estén todos vacunados, pero obligar es otro tema». añade.
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Desde la asociación de familiares Babestu vuelven a reclamar «más información porque nadie nos da datos de cómo van las cosas ni nos informan de nada». «Se han creado unas mesas de trabajo para hablar de los nuevos modelos de residencias, pero tenemos la sensación de que no se nos tiene mucho en cuenta».
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