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Una empleada de una residencia de Haro comunica a una mujer que las visitas a internos se han cancelado por la crisis del coronavirus. Igor Martín

Vigilancia policial y multas severas a quien viole el aislamiento en Haro tras los contagios en Vitoria

El Gobierno amenaza con sanciones de hasta 600.000 euros y no se descarta el cierre de colegios

Juan Carlos Berdonces

Haro

Sábado, 7 de marzo 2020

Las medidas más contundentes que se han tomado hasta la fecha en España por la epidemia del coronavirus se están aplicando en la vecina comunidad de La Rioja, en el municipio de Haro, donde una treintena de vecinos se contagió en un entierro en Vitoria hace dos fines de semana. En la ceremonia también se infectaron veinte vitorianos. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias y la cara visible del Ministerio en la gestión de la crisis, Fernando Simón, anunció ayer la necesidad de tomar «medidas drásticas y difíciles» e incluso planteó que se pusieran «en cuarentena manzanas completas» en la localidad riojana, que se ha convertido en los últimos días en uno de los epicentros nacionales de contagio.

Para contener la situación epidémica y hacer frente «al mayor reto sanitario de la salud pública de la historia de La Rioja», reconoció la consejera del ramo, Sara Alba, se ha reforzado el control policial en los domicilios donde residen algunos de los afectados. La Guardia Civil y la Policía Local patrullan ya con mayor afluencia que en los últimos días por las calles aledañas a la plaza de la Paz, el centro neurálgico del municipio. Con esta vigilancia «discreta» se quiere evitar que los contagiados salgan de sus casas violando la cuarentena -algunos vecinos apuntaban que el jueves un afectado había incumplido la medida- que de momento no se ha extendido a zonas enteras de Haro.

«La obligación de obediencia no es una cuestión voluntaria, es un deber. Si no se cumple la ley, se tomarán medidas»

María Marrodán, delegada de Gobierno en La Rioja

«No tenemos tantos clientes como otros fines de semana. Las ventasse van a resentir. ¿Y de cara a Semana Santa...?»

Hosteleros y comerciantes

Y precisamente para disuadir a quien intentara saltarse el aislamiento, la Delegación del Gobierno en La Rioja anunció que las multas pueden llegar a ser de hasta 600.000 euros. «La obligación de obediencia no es una cuestión voluntaria, es un deber», dijo la delegada, María Marrodán, que no aclaró si hasta la fecha se han producido intentos de saltarse el aislamiento. Matizó que el despliegue de los cuerpos y fuerzas de seguridad no supone que todo un barrio «esté cerrado» ni en cuarentena, pero la vigilancia sí se mantendrá «todo el tiempo que sea necesaria».

«Vamos a mostrarnos firmes y en los casos en los que se no se cumpla de manera voluntaria la ley se tomarán medidas para que sea forzoso, con los mecanismos jurídicos y legales a nuestro alcance», añadió.

Además del refuerzo en el control del aislamiento domiciliario a los contagiados, el Ejecutivo riojano también ha decretado otras medidas en Haro como la cancelación de los eventos en los espacios a cubierto, el cierre del teatro, la ludoteca, los polideportivos o las piscinas climatizadas o la suspensión de los juegos deportivos escolares, mientras que el acceso al centro de salud se hace de forma «controlada».

Precaución sí, preocupación no

La toma de decisiones se está haciendo «en tiempo real», reconoció la consejera de Salud. «Estamos preparados para futuros escenarios. Si hay que decidir suspender las clases, se hará. Pero hoy es sábado -decía ayer Alba- y mañana, domingo» y los escolares no van al colegio.

Está siendo, eso sí, un fin de semana «raro» en un municipio, con «mucho menos bullicio del habitual». Los bares y tiendas más céntricas notaban que «no está entrando tanta gente como otros sábados y las ventas pueden caer de manera importante. Esperemos que la situación se calme y normalice de cara a Semana Santa, porque de lo contrario...», expresaban temerosos.

La sensación de «escaso ambiente» ya la notaron el viernes por la tarde un grupo de cántabros que llegó a pasar el fin de semana a una localidad con gran tirón turístico, debido sobre todo a la presencia de bodegas. «Nos han llamado de nuestras casas alarmados por las noticias, pero nosotros no estamos preocupados».

Tampoco se inquietaron los trece vecinos de Santurtzi que festejaban en Haro la jubilación de dos compañeros y amigos. «Teníamos dudas de si celebrarlo en Lombardía o aquí», bromeaba uno de ellos. «Hemos mantenido los planes, creo que no hay que estar preocupados, sí tener cierta precaución», añadía.

«Qué mejor para evitar el contagio que tomarse unos buenos vinos en Haro», comentaba un joven de la localidad. «Aquí recibimos bien a todos».

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