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IKER MARÍN
Domingo, 22 de marzo 2020, 07:53
Osakidetza comienza mañana a realizar test PCR (pruebas diagnósticas) manuales pioneras para detectar nuevos casos, según ha anunciado la consejera de Salud, Nekane Murga. «Significa que no vamos a tener que comprarlos y que vamos a poder contar con un mayor número de test», apunta la responsable de la Sanidad vasca, que confirma que 150 trabajadores de todo el ámbito sanitario, desde celadores a gestores, han dado positivo.
Estos test manuales requerirán una serie de infraestructuras en el laboratorio, de personal y EPIs suficientes, advierte Murga en una entrevista a Diario Vasco. «Estamos pendientes de que llegue un nuevo pedido de EPIs que hemos hecho a China de varios millones, pero es un proceso complejo». Murga asegura que Euskadi es la primera comunidad en utilizar este tipo de pruebas. «Es una propuesta que hemos presentado ya a otras comunidades y nos han pedido información», destaca.
Las pruebas manuales se sumarán a los test rápidos que se han solicitado al Ministerio y que «llegarán a finales de la semana próxima». Sin embargo, aclara, «esos test rápidos son pruebas que dan resultados en menos tiempo pero tienen más probabilidad de cometer error».
La consejera confirma que hay un total de 150 trabajadores sanitarios que han dado positivo. Admite la dificultad de hacer cribados generales entre todos los profesionales que trabajan en centros donde hay afectados. «Si tuviéramos más material de protección haríamos más pruebas, es cierto. Pero nosotros debemos hacer un uso eficiente. Si hoy gastamos todas las PCR, quizás mañana no podamos hacer las pruebas a las personas que lo necesiten», explica.
Murga asegura que Osakidetza dispone de planes de contingencia por si se disparan los contagios de forma que, si fuera necesario, «podríamos llegar a las 420 camas en las UCI de los hospitales vascos». Osakidetza cuenta con 227 camas de críticos, detalla, «pero también tenemos unidades de cuidados intensivos con una capacidad de ampliación, que no son necesarias habitualmente y están cerradas. Con su apertura tendríamos 266 plazas. Y luego hay espacios en los que se pueden instalar respiradores y convertir esas zonas en UCIs, que sería el tercer escenario posible, el de máxima gravedad. En ese caso, conseguiríamos 420 camas en total».
Rechaza que Txagorritxu, Cruces y Donostia estén colapsados. «En Cruces tenemos 78 ingresados en planta, en el Hospital de Araba hay 223 pacientes, pero es la combinación de Santiago y Txagorritxu, y en Donostia hay 36 ingresados. Los tres tienen una capacidad de mil camas cada uno».
Murga confía en que las medidas de contención que se están aplicando den resultados. «Los expertos nos indican que la curva de afectados no es tan marcada como ha sido en otras zonas, parece que algo estamos consiguiendo. La sociedad está haciendo un esfuerzo muy grande para evitar que el virus no se transmita, y esto tiene que dar su resultado».
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