Osakidetza ha formado a 2.600 profesionales para aplicar la eutanasia

Entre el 8 y el 9% de los profesionales sanitarios de Euskadi han participado en la formación 'online' sobre aplicación de la ayuda a morir diseñada por Osakidetza. La cifra, a simple vista, puede parecer pequeña, pero no lo es. No solo porque la eutanasia es un derecho desde hace poco más de mes -en concreto, desde el pasado 25 de junio-, sino porque, muy posiblemente, esa cantidad comience a ser suficiente como para atender la demanda asistencial.

En números redondos, Euskadi cuenta con 13.900 médicos y unas 1.600 enfermeras, entre la red pública y la privada. No todos necesitarán conocimientos para ayudar a los pacientes que demanden la muerte. Traumatólogos, cirujanos plásticos o profesionales de la oftalmología, por citar solo algunos ejemplos, no requerirán en ningún modo esta formación específica.

Por otra parte, lo que quizás sea más importante, la demanda de eutanasia será, además, limitada. La organización Derecho a Morir Dignamente (DMD), que ha protagonizado en el País Vasco el movimiento social a favor de esta prestación, calcula que cada año serán entre 200 y 400 los vascos que solicitarán a las instituciones públicas ayuda para poner fin a sus días.

La estimación de DMD Euskadi se basa en la demanda registrada en los otros cuatro países del mundo que cuentan con leyes reguladoras del derecho a la solicitud de la muerte, que son Países Bajos (2001), Bélgica (2002), Luxemburgo (2008) y Canadá (2016). La eutanasia desencadena el fallecimiento del 4,2% de la población de Países Bajos, el 2,4% de la belga y el 2% de la canadiense. En Euskadi, según esta organización, se prevé que entre un 1 y un 2% de las personas que fallezcan habrán demandado este servicio sanitario. En un año normal, no como los actuales de pandemia, el País Vasco registra en torno a 22.000 fallecimientos, de los que entre 200 y 400 -como media, uno al día- podrían ser demandantes de ayuda para morir. Osakidetza no ha facilitado información relativa al número de profesionales que se han inscrito como objetores de conciencia, ni sobre la cantidad de ciudadanos que han recurrido a la prestación.

De momento, se sabe que una vizcaína de 86 años se ha convertido en la primera persona en España que se le aplica la eutanasia de manera legal. La paciente había dejado por escrito diez años antes y de manera completamente libre su deseo de acabar con su vida mediante técnicas médicas cuando se encontrara en un nivel avanzado y sin retorno de deterioro físico y cognitivo. Su médico de cabecera, con quien se tramitó la solicitud, se declaró objetor. Según supo ayer este periódico, al menos otros quince ciudadanos vascos de los tres territorios históricos habrían solicitado ya ayuda para morir. Que haya trascendido, el proceso solo se ha culminado en uno de los casos.