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La actual pandemia de coronavirus ha revitalizado el recuerdo de la gripe española, la terrible enfermedad que se desató en 1918 y en unos tres años se llevó las vidas de 40 millones de personas en todo el mundo. Los causantes de los dos males ... son dos virus de diferentes familias pero que provocan cuadros clínicos parecidos. Ambos comparten también la brusquedad de su aparición y sus respectivas primeras olas se desarrollaron de manera similar. Los paralelismos y las diferencias entre ambas pandemias hacen que el estudio de la de 1918 sea útil para combatir la actual.
La del siglo pasado se afrontó sin vacuna ni tratamientos, ¿por qué desapareció? Según explica Anton Erkoreka, médico y director del Museo Vasco de Historia de la Medicina y la Ciencia, «cuando se ha afectado ya a un grupo importante de población, el 60% o 70%, esta ya tiene defensas y entonces el virus deja de circular». Influyeron además los ciclos estacionales. La gripe suele remitir con el calor en los meses de verano. La de 1918 «fue una pandemia gravísima, terrible», la peor de las más de 30 documentadas desde el año 1500. Por ello «es importante tener un relato en condiciones de la misma. Hay que conocer bien las pandemias pasadas para que nos sirvan de orientación». Pero la tarea no es fácil.
«Se ha dado una indudable banalización del relato de la gripe española», afirma Erkoreka. «Se tiende a reducir a la anécdota y siguen citándose datos falsos». Sin ir más lejos, la cifra de muertes que causó. «Se leen cosas inverosímiles, como horquillas de 50 a 100 millones de muertos». Con la documentación histórica en la mano, el propio Erkoreka aclara que rondaron los 40 millones en 'Una nueva historia de la gripe española' (Ed. Lamiñarra), libro en el que detalla la evolución de la enfermedad y aborda sus paralelismos con la Covid-19. «40 millones son muchos para la población de 1.800 millones que tenía el mundo en aquella época. Murió el 2% de la población mundial».
Si con el actual coronavirus «nos resulta difícil determinar si empezó en noviembre en Wuhan en un laboratorio, es fácil figurarse lo que es intentar determinarlo con la pandemia de 1918, que además fue la puntilla de la Primera Guerra Mundial», señala Erkoreka, que es también profesor de Historia de la Medicina y Documentación Médica en la UPV/EHU. «Creo que apareció en China en invierno de 1917-18. EE UU había empezado a movilizar de dos a tres millones de soldados y quedaba mucho puesto de trabajo libre». En Francia habían muerto también muchos jóvenes a causa del conflicto. «Empezaron a llegar miles de trabajadores chinos directamente a EE UU y Francia». En ese trasvase de población pudo llegar el virus «que luego se extendió entre las tropas y la sociedad civil».
La enfermedad se expandió con rapidez, pero la censura adoptada por los países en guerra hizo que no se hablara de ella. Salvo en España, país neutral en el que la prensa dio noticia de lo que sucedía. Es una de las razones por la que esta pandemia es conocida como gripe española, denominación que Erkoreka considera adecuada: «Tiene lógica, porque el episodio primaveral que se registró en Madrid en 1918, con una tasa de mortalidad de 1,7 fallecidos por 1.000 habitantes, fue muy grave», apunta.
expansión
Las pandemias se desarrollan a base de olas u ondas epidemiológicas. En la gripe española hubo cuatro en todo el mundo. La de la primavera de 1918 fue leve. «No hubiera tenido mayor importancia y hoy no la recordaríamos si todo se hubiese quedado ahí». Pero no fue así. La segunda onda, la peor, llegó en septiembre. «Fue terrible. Se llevó al 60%-70% de todos los muertos de la pandemia». La mayoría gente muy joven: la media de edad de los fallecidos era de 28 años. Hubo repuntes en 1919 y también en los primeros meses de 1920. Más adelante «se habla de una quinta onda en algunas zonas en las que llegó muy tarde, como el Pacífico Sur. Pero no está muy bien estudiada», matiza Erkoreka.
En 1918 no había vacunas contra la gripe. De hecho, ni siquiera se conocían los virus. Al principio la enfermedad se atribuyó a un bacilo que lleva el nombre de su descubridor, Pflüger, que lo identificó en los exudados de los enfermos. Pero el causante real, denominado ahora virus A (H1N1), no fue descubierto hasta 1933. Tampoco había tratamientos adecuados para los enfermos. Los que se aplicaban «eran sintomáticos y nada efectivos». La sociedad acabó por desarrollar una inmunidad colectiva.
«Ya veremos lo que pasa con el coronavirus. Habrá que acomodar las estrategias a su evolución. Pero ya veremos», aprecia Erkoreka, que se muestra prudente. La Covid-19 «está remitiendo porque el 50% de la población europea o ha enfermado o tiene puesta una dosis de la vacuna, por lo que el virus tiene dificultad en transmitirse». Pero todavía «no está derrotado», advierte. «Y tengo la impresión además de que nuestros dirigentes lo están minusvalorando todavía».
40 millones es el número de víctimas mortales que causó la gripe española. La gran mayoría murió en la segunda onda de la pandemia.
Guerra. La enfermedad llegó en el último año de la Primera Guerra Mundial y causó cuatro veces más muertos que esta.
Virus. Su causante, el virus A (H1N1), no fue descubierto hasta 1933.
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