Jugando con los niños en el garaje comunitario

«Un vecino mío me contó que llevaba a sus dos hijos al garaje para desfogarlos. Allí tenían mucho espacio y llegaban más calmados a casa. Fue durante los primeros días de la alarma. Lo dejó pronto, porque le llamaron la atención los del bloque», apunta Alicia, que reside cerca del límite de esta localidad con Leioa. «Yo hacía muchos kilómetros en bici y ahora la he puesto en el trastero para dar pedales allí. ¡No aguanto en casa quieto!», admite otro vecino que guarda el anonimato.

¿Con qué se pueden encontrar los policías en lugares fuera de su alcance? «Hay gente que hace footing en el garaje comunitario y a otros les denunciaron por competir en la escalera de la comunidad… Recibimos todo tipo de llamadas». Ha habido otros avisos «por la celebración de una fiesta de cumpleaños en un patio interior, reuniones en jardines o por tomar el sol en las azoteas comunitarias», describen fuentes policiales, que admiten que «son sitios muy difíciles de controlar».

Los agentes consultados reconocen que «la gente llama para denunciar porque está indignada». Y, aunque la vista de la Policía Municipal y la Ertzaintza no llegue a esas zonas, siempre está la vigilancia del de al lado. «Son prácticas prohibidas bastante difíciles de detectar, pero si los vecinos nos avisan, actuamos», comentan fuentes policiales. «La ciudadanía está muy colaborativa y muy concienciada de que todos debemos cumplir las normas porque es una cuestión grave. Llaman enseguida, lo que nos hace más efectivos y se agradece». Desde el 14 de marzo, se han impuesto cerca de 200 denuncias por incumplir el confinamiento, informan desde el Ayuntamiento de Getxo. La mayoría han sido por deambular por la calle o ir en coche sin causa justificada. Pero cada vez hay más por estar en azoteas, garajes o jardines comunitarios.