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El cambio de línea que ha tomado la pandemia en Euskadi preocupa al Gobierno vasco. La curva de contagios ya no baja, sino que ha comenzado una suave subida desde la pasada semana. La situación es de «incertidumbre», a la espera de ver cuál ... será la tendencia que adquiere el virus en los próximos días y con el temor a que la movilidad y los encuentros previstos para San José y Semana Santa reactiven su acción. En el Ejecutivo vasco son cada vez más las voces que advierten de la posibilidad de revisar las actuales restricciones si la subida, de momento tímida, se acelera. Primero fueron el viceconsejero y la titular de Salud. Este miércoles el que valoró el escenario fue el propio lehendakari. Lo hizo a través de una carta en sus redes sociales.
En ella, Urkullu advierte de que Euskadi parte de una situación peor a nivel hospitalario que en anteriores olas. El sistema sanitario está «más tensionado». Se refiere al nivel de ocupación de las UCI. Este miércoles atendían aún a 101 enfermos muy graves por coronavirus. El suelo de estas unidades antes de la tercera oleada, el 6 de enero, bajó hasta 71. Y antes de la segunda se llegó a los 55, una vez superada la embestida del patógeno el pasado verano. Ahora hay casi el doble de pacientes críticos que a mediados de octubre.
El nivel de ocupación de las UCI es uno de los parámetros que analizan con lupa los técnicos de Salud a la hora de proponer decisiones al LABI. De este factor depende en gran medida que Osakidetza pueda desarrollar toda la actividad quirúrgica programada. Durante los picos de las olas han sido numerosas las camas de las unidades de Reanimación que se han tenido que dedicar a pacientes críticos por Covid-19, lo que ha obligado a suspender operaciones. Ahora vuelven a acoger un alto número de postoperatorios. Pero si la transmisión del virus va a más subirán los casos, y con ellos los hospitalizados y los ingresos en unas UCI que soportan aún una carga elevada.
Los 206 puntos en los que se sitúa la incidencia acumulada en Euskadi revelan una transmisión elevada. Estos son los casos que han sido detectados. A ellos hay que sumar la bolsa de asintomáticos que han escapado a la red de rastreo de Osakidetza. «Somos conscientes también de la incertidumbre que genera el desconocimiento sobre la extensión y propagación del virus entre la ciudadanía», señala Urkullu. Antes de la segunda y de la tercera ola, la incidencia llegó a suelos de 244 y 235 casos, respectivamente. De ahí se volvió a disparar. Por eso el lehendakari recalca que «la gravedad de la situación se mantiene» y que «este próximo mes va a ser determinante» en un contexto en el que el «repunte en la tendencia se está produciendo en países de nuestro entorno».
La transmisión del SARS-CoV-2 está subiendo en gran parte de Europa. Alemania, Francia, Países Bajos, Polonia o Rumanía son ejemplo de ello. Pero quizás el caso más significativo es el de Italia. El país transalpino controló la tercera ola y durante semanas mantuvo su incidencia en un valle de unos 285 puntos. Pero en apenas un mes los contagios se han reactivado hasta superar el umbral de los 500 casos por cada 100.000 habitantes, lo que ha llevado al Gobierno de Draghi a decretar el confinamiento de gran parte de la nación. En el conjunto de España, lo que se ha cortado es la bajada, y algunas comunidades, como Navarra o Canarias, han empezado también a subir suavemente.
El reto en Euskadi es «evitar una nueva transmisión comunitaria que acabe multiplicando la tasa de incidencia en muy pocos días», destaca Urkullu. Y hace partícipe de ese objetivo a los vascos. «Ante esta marejada con oleadas sucesivas, lo único cierto es que está en nuestra mano tomar las decisiones para evitarlo», recalca. Las que puede adoptar el Ejecutivo y las que están en manos de cada ciudadano. A ellos les pide «cautela en unos momentos en los que crece la movilidad y nos acercamos a periodos de vacaciones», evitar la relación con las personas que no forman parte de nuestra burbuja social y eludir los desplazamientos imprescindibles. «La única alternativa es mantener la tensión para evitar una vuelta atrás», advierte en su escrito.
Más contundente aún se mostró Jonan Fernández. El coordinador de la Comisión Técnica del LABI declaró en Radio Euskadi que, «si hubiera una evolución especialmente negativa en los próximos días, no se puede descartar que se tuviera que tomar más medidas» de cara a la Semana Santa.
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