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E. c.
Viernes, 12 de agosto 2022, 01:16
Un equipo de científicos liderado por Juan Carlos Izpisua, catedrático de Biología del Desarrollo de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), ha descubierto un tipo de ARN que se acumula en el núcleo celular de los pacientes de progeria, y que bloquear ese ARN revierte ... los signos de la enfermedad en células y prolonga la vida en ratones.
Los síndromes progeroides, que incluyen el de Hutchinson-Gilford y el de Werner, provocan un envejecimiento acelerado en niños y adolescentes. Los pacientes no solo desarrollan un aspecto físico llamativo, sino también síntomas y enfermedades típicamente asociados a la vejez como afecciones cardiacas, cataratas, diabetes de tipo 2, osteoporosis y cáncer. Actualmente no hay tratamientos para estos síndromes, y quienes los padecen mueren en pocos años.
Los resultados del nuevo estudio, publicados en la revista 'Science Translational Medicine', derivan de uno de los proyectos desarrollados por Izpisua, promovidos y financiados por la UCAM, y que se centran en el estudio de un fragmento de ARN conocido como LINE-1. «Estos hallazgos proporcionan una nueva visión de los síndromes progeroides y de cómo tratarlos, a la vez que destacan la importancia del ARN LINE-1 en el envejecimiento normal», indica el científico, profesor del Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk y director del Instituto de Ciencias Altos Labs en San Diego.
Izpisua y su equipo eran conscientes de que una de las características tanto del envejecimiento normal como de los síndromes progeroides es la alteración de la organización del ADN en el núcleo celular. Cuando el ADN se empaqueta de forma diferente, cambian los genes que están accesibles para que la célula los pueda leer y, por tanto, cambian drásticamente el comportamiento y la función celular. También sabían que el genoma humano contiene cientos de trozos de ADN que se propagan y mueven, además de codificar ARN LINE-1.
La función de estos elementos es poco conocida pero lo cierto es que cambian y se multiplican con la edad, o con enfermedades como el cáncer y las cardiovasculares. Los investigadores se preguntaron si estos elementos también cambiaban y se acumulaban en los síndromes progeroides. Al estudiar células de pacientes con progeria, descubrieron que tenían entre cuatro y siete veces más ARN LINE-1 que las de individuos sanos. Además, vieron que la acumulación de este ARN LINE-1 se producía antes de que ocurrieran los principales cambios en el ADN asociados a la progeria.
«Desarrollamos entonces una serie de moléculas que podían unirse al ARN LINE-1, bloqueándolo e impidiendo que se acumulara y afectara a la función celular. Este tipo de tratamiento revirtió los signos moleculares de la progeria en células aisladas y prolongó la vida de ratones con mutaciones genéticas que causan envejecimiento prematuro», explica Estrella Núñez, vicerrectora de Investigación de la UCAM y coautora del trabajo
«Dirigirse al ARN LINE-1 puede ser una forma eficaz de tratar los síndromes progeroides, así como otras enfermedades relacionadas con la edad que se han relacionado con LINE-1, incluyendo trastornos neuropsiquiátricos, oculares, metabólicos y cáncer», apunta Izpisua, quien añade que, «con el tiempo, creemos que este enfoque puede conducir a tratamientos que ayuden a prolongar la salud humana durante el envejecimiento».
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