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Inés Sainz, esta semana, en una calle de Madrid. Oscar Chamorro

Inés Sainz: «Me he pasado la vida cuidando a la gente y ahora me toca cuidarme a mí»

«Me salva mi sentido del humor, pero he tenido miedo y también lloro», admite la bilbaína, que fue Miss España en 1997

Sábado, 19 de octubre 2019, 01:58

Inés Sainz lucha desde hace un mes contra un cáncer de mama. La exmodelo de Bilbao, Miss España 1997, ha aceptado la invitación de EL CORREO para relatar su experiencia con motivo del día mundial de la enfermedad, que se conmemora hoy. Lo hace a corazón abierto, con la mano en el pecho, movida por el deseo de «convencer a las mujeres de que se hagan revisiones y que cuanto antes comiencen, mejor». Su pronóstico parece favorable, «pero el miedo no te lo quita nadie», admite.

- El de los 44, ¿ha resultado ser el peor cumpleaños?

- Depende de como se mire. He tenido más cariño y mas regalos emocionales que en toda mi vida.

- El diagnóstico llegó a partir de unas lesiones en la piel.

- Descubrí ciertas erupciones que cuando aparecen en la mama, luego me he informado, son un síntoma. Las mías eran en la pierna, nada que ver. El dermatólogo me dijo que era dermatitis, pero mi instinto me llevó al ginecólogo.

- ¿Por qué?

- Pues mira, no lo sé. Yo a esto lo llamo intuición femenina. Llevaba tiempo sin ir y aproveché las vacaciones de mi hijo para chequearme.

- Nunca se había revisado antes.

- Sí, pero con el niño pequeño y las obligaciones del día a día, tú te dejas la última. Llevaba unos años de manera muy irresponsable. De repente fui y eso me ha salvado la vida.

- Es algo que golpea la feminidad, porque una piensa en la intimidad, la imagen, la maternidad...

- Te destroza. El cáncer es una caca. Si tienes pareja y te ayuda, ahí tienes un consuelo. Si tienes hijos, también. Dicen que ayuda tomártelo con humor y estar emocionalmente fuerte, pero ésa es la teoría...

- La realidad es otra.

- Cada uno tiene su vida, sus propios miedos. Yo me considero una persona muy valiente, pero el día de la operación realmente tuve miedo. Muchísimo. Reconocerlo es humano y compartirlo ayuda un montón.

- Le han extirpado el tumor, ¿y ahora, qué espera?

- Según lo que sea, será inmunoterapia y radioterapia. Estamos a la espera de una prueba para ver si evito la quimio.

- ¿De dónde saca la fuerza que está mostrando?

- ¡Hombre, ser de Bilbao ayuda, je, je! Mi madre me ha educado para ser una persona fuerte y valiente y para esforzarme. Nunca me ha gustado que me regalaran las cosas. Intentaré salir reforzada de esto, la verdad.

«Los hombres son quejicas»

- Muchas mujeres temen que afecte a su vida de pareja.

- No sé hasta qué punto la pareja puede ayudar. Conociéndome, seguro que al final acababa cuidándole yo. Los hombres no suelen ser tan buenos con la enfermedad. Son bastante quejicas y para esto hace falta un hombre fuerte a tu lado. Que te ayude, te abrace y te dé unos mimos, que es lo que de verdad apetece.

- ¿Ha pensado en la muerte?

- ¡Sí, claro! El proceso es 'tienes cáncer y ahora hay que ponerle al nombre un montón de apellidos'. Esto es susto o muerte. Descartada la muerte, nos quedamos sólo con el susto. Pensaba que sería pequeñito, pero no; ha sido bien grande. Esto es un aprendizaje diario.

- ¿Qué ha aprendido?

- A creérmelo. El cáncer no es una gripe. En mi caso, el humor me ayuda, pero he de cuidar mucho la alimentación. Como muy sano, pero a deshoras, de forma desordenada y no mucha cantidad. Me he pasado la vida cuidando al resto y ahora me toca cuidarme un poquito.

- Usted es un caso más de paciente diagnosticada antes de la edad (50 años) en que la sanidad pública practica el cribado de cáncer de mama.

- Yo comencé a hacerlo al ser madre. Me pareció que tenía la responsabilidad de cuidarme porque tengo un niño pequeño. Luego hubo unos años en que lo dejé. No deberían establecer una edad, porque las mujeres se relajan. Dicen '¡bah, aún tengo 35, no es necesario!'. ¡Pero si no cuesta nada! Vas al ginecólogo, te haces una radiografía y una citología y ya está. Te quitas disgustos.

Reflexiones

  • Sentimientos: «Mi madre me educó para ser una mujer fuerte, valiente y esforzarme; saldré reforzada de esto»

  • Invitación a las mujeres: «No hay que esperar a los 50, vas al ginecólogo y no cuesta nada revisarte»

Renuncias

-¿Había decidido antes del cáncer no tener más hijos?

- Me encantan los niños y me hubiera encantado dar un hermanito a Mateo. Pero con todo este panorama, muy complicado. Es una de las cosas que me ha tocado asimilar, me han quitado la esperanza.

- Otra confidencia, ¿ha pensado en comprarse una peluca?

- Sí, sí, lo pienso. La peluca me da un poco de mmm, porque tengo dermatitis y me pica absolutamente todo. Luego, los pañuelos, con esta nariz vasca, no me favorecen mucho. Aunque tuviera que maquillarme muchísimo, no acabo de ver la gracia a esto de la quimioterapia. Pero sí, la peluca es una solución.

- Muchas mujeres viven la caída del pelo peor que el propio cáncer.

- El pelo vuelve a crecer; en cambio con una mastectomía, la mama original ya no es. El cabello es feminidad y algunas nos lo cuidamos tantísimo... En mi caso, es la joya de la corona, me encanta mi pelo, lo tengo sanísimo y estupendo.

- Lo cuida mucho.

- Y de hecho, podría hacer una fantástica peluca, pero ya veremos

- Quiere volver a trabajar ya.

- Eso me pone mala. Si hay quimio nos vamos hasta mayo; y si no la hay, puede que vuelva en Navidades. Pero bueno, mi cabeza ya está pensando, que eso sí me dejan, ¡ja, ja!

La exmodelo valoró la idea de ocultar la enfermedad para evitar sufrimiento a su familia

«Necesitas el apoyo de mucha gente y cuanta más, mejor»

Inés Sainz habla del momento de su diagnóstico y en su discurso se mezclan humor y sentimientos a flor de piel.

- ¿Qué sintió al oír 'Inés, se trata de un tumor mamario'?

- Hasta que no me hicieron la resonancia, no tuvimos la certeza de que era claramente algo malo. Yo le llamo Agustín, ¡Ja, ja!

- ¿Agustín!

- ¡Sí, sí, ja, ja...! Perdón a todos los agustines, por cierto. Surgió así. Un día dije, 'Es que no estoy nada agustín con esto, qué asco! Y así se quedó. Luego me enteré que la doctora que me operó se apellidaba Agustín de segundo. Una gracia...

- ¿Qué pensó al oír el diagnóstico?

- Pensé en mi familia. Mi primera reacción fue 'Que no se entere nadie; esto lo paso yo sola y como sea'... pero es imposible. Sola no se puede pasar. Necesitas el apoyo de mucha gente y cuanta más, mejor. Para mí, esconderse tampoco era una opción. Trabajo como relaciones públicas.

- ¿Y a Mateo se lo ha explicado?

- Poco a poco, que tiene siete años. Al final, como salió en tantísimos medios, antes de que cualquiera en el cole le haga el típico comentario desagradable, preferí explicárselo bien. El ve a mama bien y, más o menos, hace una vida normal.

- ¿Usted... ha llorado?

- Sí, claro; y creo que todavía me queda por llorar, porque esto se va aceptando por fases. Pensaba que para estas fechas estaría tan ricamente trabajando, pero me han dicho que me lo tome con calma.

- Dicen que toda mujer tiene siempre presente el cáncer de mama.

-El porcentaje de afección es altísimo. Ronda una de cada ocho mujeres. Entonces, de cada ocho amigas, una tiene cáncer de mama.

- Vuelve usted a ser modelo, ahora de entereza y valentía.

- Me están poniendo como ejemplo y me da algo de pudor, porque en el fondo soy supertímida. Me pueden las ganas de ayudar y concienciar a las mujeres de que vayan a hacerse revisiones.

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