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Ya parece que hay medicamentos contra la obesidad, que ayudan a adelgazar. Falta comenzar a usarlos bien. La industria ha presentado en sociedad 'Ozempic' como el fármaco que lo cambiará todo porque las personas que lo utilizan han logrado perder peso. Verificado. Un dato positivo: ... la epidemia de Estados Unidos, líder mundial también en ciudadanos con exceso de kilos, ha dejado de crecer por primera vez en la historia. Para compensar, otro más negativo: el fármaco sólo debe consumirse bajo control médico y no está ocurriendo así. Internet lo vende todo a cualquier precio. Los expertos alertan de que, sea como sea, perder peso seguirá requiriendo la adopción de un compromiso personal que va más allá de la toma de una inyección. Hasta las buenas noticias llegan impregnadas de controversia.
«Es muy interesante todo lo que está ocurriendo», confirma el médico nutricionista Javier Aranceta, presidente del congreso nacional de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), que se celebra la próxima semana en Bilbao. «La llegada al mercado de un medicamento –explica– está muy monitorizada, sujeta a un control muy exhaustivo. Llevan años de investigación y han visto que efectivamente funciona», corrobora el experto. «Ahora se trata de un medicamento inyectable, pero se está trabajando ya en una tercera generación del preparado, que se dispensará en pastillas».
La jefa del servicio de nutrición del hospital de Cruces, Nuria Valdés, se muestra más cauta al analizar el 'efecto ozempic'. «Son relativamente buenas noticias; porque la tasa de obesidad grave ha aumentado ligeramente. Estos datos –considera– reflejan la acción de múltiples factores y entre ellos no deben olvidarse los programas implementados por los CDC desde hace años por una alimentación y un ritmo de vida más saludable, que incluya la práctica de ejercicio físico».
Un estudio publicado en junio en 'Annals of Internal Medicine' ('Anales de Medicina Interna') confirma que la calidad de la dieta estadounidense es desde hace 20 años cada vez más cercana a la mediterránea. La conciencia social sobre la necesidad de la actividad física también ha crecido. «Todo suma», resume la experta.
Nuria Valdés
Jefa de servicio de Endocrinología del hospital de Cruces
Javier Aranceta
Médico nutricionista, presidente congreso SEOM 2024, Bilbao
Los CDC son los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Atlanta, una institución pública que investiga y vela por la salud ciudadana en EEUU. En su último informe sobre la epidemia de obesidad local, publicado en septiembre con datos referidos a 2023, se indica que son obesos el 35% de los adultos de 23 de 50 estados. Uno de cada tres. La epidemia nacional, se dice, por primera vez se ha estabilizado, pero en el conjunto del país una de cada cinco personas, niños incluidos, afronta este problema de salud, directamente relacionado con las enfermedades más mortales: infartos, ictus, cánceres, incluso demencias.
'Ozempic' no está solo. Le pasa un poco como al 'Cola Cao', que todo el mundo se refiere con su nombre a cualquier cacao soluble, pero hay otros productos similares en el mercado farmacéutico contra la obesidad. 'Ozempic' es un medicamento como contra la diabetes tipo 2 (adquirida), que como su competidor 'Trulicity' se ha mostrado eficaz para rebajar peso, según detalla Valdés. Hay otros, 'Wegoby' y 'Saxenda' que también están autorizados para el abordaje de este trastorno; y un quinto, 'Moun jaro', que se ha mostrado como es el más potente de todos frente a ambas patologías. En España están autorizados 'Wegoby' y 'Mounjaro'.
¿Deberían estar financiados para el tratamiento de la obesidad? La titular de Endocrinología de Cruces cree que éste es un tema «complejo». «Reduciría los costos relacionados con enfermedades como las cardiovasculares o la diabetes, pero sufragarlo implicaría un gasto considerable. Habría que evaluar el equilibrio entre beneficios y costes». Aranceta es más partidario. «Seguramente sí, pero que nadie piense que va a ser un milagro», sentencia.
¿Por qué? Algunos países como Brasil han comenzado ya a registrar casos de complicaciones por desórdenes alimentarios y 'efecto rebote' en personas que decidieron medicarse por su cuenta y riesgo. Lo que se está viendo es que, como la cirugía de la obesidad, el tratamiento requiere control médico y un compromiso por parte del paciente a favor de una vida sana, de cambio de estilo de vida. «El abordaje de la obesidad va a asistir a un cambio revolucionario, pero no bastará con la pastillita», advierte Aranceta.
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