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Martes, 23 de junio 2020, 12:51
Nuestros pies han permanecido escondidos durante meses cubiertos por calzado de invierno y más aún este año, en el que los meses de confinamiento nos han mantenido más tiempo en casa. Ahora, volvemos a salir a la calle, suben las temperaturas, sacamos las sandalias… y queremos que nuestros pies luzcan perfectos. Desde la clínica podológica IMQ Doña Casilda nos ofrecen algunos sencillos consejos para conseguirlo.
«Debemos utilizar siempre un calzado que ofrezca una adecuada sujeción al pie. En inviernos, con botas y botines, resulta más sencillo. A la hora de elegir una sandalia es preferible que tenga tiras en la parte delantera y trasera, para que sea el calzado quien sujete el pie y no al revés», explica Gabriel Aguirrezabal, podólogo de IMQ Doña Casilda.
El equilibrio entre salud y estética es importante. Por ello, lo ideal es un mínimo tacón y solo en ocasiones especiales tacones más elevados. «También es importante que el calzado ofrezca cierta amortiguación y su tejido sea transpirable», añade Aguirrezabal.
Y una recomendación a la hora de comprar calzado: es preferible hacerlo a última hora de la tarde. «Nuestros pies tienden a dilatarse a lo largo del día y más aún en época calurosa», señala el especialista en el cuidado del pie.
Si nuestro objetivo es que los pies luzcan sanos, es básico evitar contagiarnos de hongos. En la clínica podológica IMQ Doña Casilda saben por experiencia que el verano es la época en la que esta infección aparece con más frecuencia. «Normalmente no revisten gravedad pero sus síntomas, especialmente el picor, pueden resultar muy molestos», explica Aguirrezabal. Y evitarlos es sencillo: «Una buena higiene y en espacios públicos como piscinas, gimnasios y campings usar siempre chanclas».
La higiene de los pies es fundamental todo el año, pero más si cabe en los días calurosos de verano. El lavado ha de ser diario con agua templada. Debemos prestar especial atención a secarlos adecuadamente, insistiendo en la zona entre los dedos y los pliegues que unes los dedos a la planta del pie.
Grietas y durezas pasan desapercibidas la mayor parte del año, pero no en verano cuando nuestros pies quedan a la vista. «No hay trucos mágicos para hacerlas desaparecer. Lo fundamental es ser constantes a la hora de hidratar nuestros pies a diario tras el lavado», indica el podólogo. «A la hora de elegir una crema, mejor decantarse por las que llevan urea en su composición», añade. Cuando las durezas son importantes o surgen callosidades, la visita al podólogo será necesaria.
Las altas temperaturas convierten al sudor en el principal enemigo de nuestros pies en verano. De ahí que al kit básico de cuidado de los pies debamos añadirle un antitranspirante, no un desodorante, que aplicaremos tras el secado.
Pies limpios, hidratados… el siguiente paso será cuidar las uñas. Es básico cortarlas adecuadamente: «Debemos darles forma recta, sin meternos en las esquinas. De esta forma, evitaremos la uña encarnada, uno de los dolores más molestos en el pie que se produce cuando los bordes de una uña se clavan en la piel, causando dolor, hinchazón y enrojecimiento», detalla el podólogo.
¿Cuál es la recomendación de los expertos en el cuidado de los pies sobre el uso de esmaltes de uñas? «En general, no recomendamos usar esmaltes durante el año porque debilitan mucho la uña, pero puede hacerse una excepción en los meses veraniegos que los dedos quedan más al descubierto», nos responde Aguirrezabal. «Sí desaconsejamos el uso de los llamados esmaltes permanentes. Se trata de productos muy difíciles de quitar y que, en consecuencia, debilitan mucho más las uñas. Además, en caso de sufrir una infección por hongos el uso de esmaltes va a hacer que empeore».
Hemos dejado este consejo para el final, pero no por ello es menos importante. ¿Cuántas veces has ido a la playa y has vuelto con el dorso del pie quemado? «Es una zona del cuerpo que duele dejarse desprotegida», explica el podólogo de IMQ, «y eso la hace especialmente vulnerable a las quemaduras solares. Como cualquier otra zona del cuerpo el pie también precisa de protegerse de la acción de los rayos solares».
Seguir estas sencillas recomendaciones te ayudará a lucir pies bonitos y, lo que es más importante, sanos este recién estrenado verano. Desde su consulta en el centro IMQ Doña Casilda en Bilbao, Aguirrezabal añade: «Los pies deben cuidarse todo el año, siguiendo unas medidas básicas de higiene y protección y empleando calzado adecuado. Una revisión anual con el podólogo ayudará también a prevenir y tratar a tiempo posibles dolencias».
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